Sinaloa | Norte
Larga travesía para conseguir un mejor aliento de vida
La historia de un indocumentado que bajó del tren carguero en San Blas, El Fuerte, cuenta cómo le ha ido desde que salió de Colombia a finales del 2015, en busca del sueño americano.
Los Mochis, Sin.- Le llaman “La Bestia” o “El Tren de la Muerte”, pero para Wester Orbyn Martínez Esparza, un joven que viaja en el tren carguero por todo el país en busca del sueño americano, sólo es eso, un medio para llegar a los Estados Unidos.
A sus 26 años, siendo el mayor de 6 hermanos, con quienes cultivan café, rosas y amapola, esta última para aguas frescas y demás usos legales, busca una mejor vida para ellos y su madre, quienes lo esperan en su pueblo ubicado en la costa de Colombia.
Cuenta que su viaje inició por tierra, se fue a la capital, Bogotá; de ahí tomó un vuelo a Quito, Ecuador, y después voló para Panamá, así atravesó Costa Rica, Nicaragua y Honduras, y llegó a Guatemala, donde se le terminaron dos mil dólares con los que salió de su natal Aracataca, situado en el estado de Cali.
“Habemos muchos que tenemos muchos problemas económicos, y habemos muchos que buscamos un mejor aliento de vida, a estos lados y es el sufrimiento y la pena, tanto sacrificio que nosotros venimos pasando en el camino, vengo de Colombia mi hermano, en el tren carguero, el que nosotros conocemos como La Bestia”, recalcó.
8 meses luchando contra el racismo y discriminación
Fue a inicios de diciembre del 2015 cuando salió de Colombia, en un mes recorrió 5 países, el resto y lo que va del año, lo ha pasado recorriendo México, un país que dice nunca pensó que fuera tan complicado atravesar, pero que desde que se unió a “El Hondureño”, otro indocumentado que ya fue a Estados Uinidos en una ocasión y regresó a ver a su familia, el viaje fue con más esperanza.
“Hay muchas zonas en donde la gente nos asaltan, nos secuestran, piensan que uno está podrido en dinero, etc, lo que sea, pero hay lugares, no es tan duro como digamos el estado de Sinaloa, es paz; desde que entramos al estado de Sinaloa ya nos sentimos libres, ya sentimos que ya vamos a llegar a nuestro destino, nosotros buscamos lo que es Estados Unidos, pero hay muchos estados que la gente es muy racista con los centroamericanos, lo que es Veracruz, Tabasco, y todo eso para allá”, recordó.
Ya que según su experiencia, Chiapas, Veracruz y Tabasco, son lugares críticos para ellos por ser indocumentados, ya que asegura que ahí, los hombres, mujeres y niños que viajan encima de los vagones son constantemente robados, agredidos, violados y secuestrados por grupos delictivos, muchos de ellos en complicidad con el gobierno de México, lo que atribuye a que en los estados del sur, hay mucho racismo hacia ellos.
“La mera verdad es que está crítica mi hermano, siempre ha estado pasando y va ha seguir pasando, porque la ley ya no protege al migrante, la ley nunca nos ha protegido a nosotros, ellos lo que quieren es ver si uno trae un poquito de plata en la bolsa para podertelo quitar, creo que este es el último estado que voy a cruzar, yo creo que por acá por Sonora me voy a ir a meter mi rey, primeramente Dios, si el hombre no se me pone en el camino, ni la ley pues”, resaltó.
Viaja con el peligro a flor de piel
Aún con las tragedias que le han tocado vivir, aceptó que ha sido afortunado de casi terminar la travesía mientras descansaba unas horas en la comunidad de San Blas, El Fuerte, donde guardarían mientras llegaba la noche y salir de nuevo desde Estación Sufragio, bañados, descansados y con alimento en sus estómagos.
“La mera verdad es que es peligroso, porque habemos muchos hermanos que no nos quejamos de la vida de los otros pues, lo que se trata es que entre nosotros mismos nos estamos comiendo como los perros vez, muchos hermanos centroamericanos que se andan tirando de la bestia, que no se compadecen unos con otros, tienen corazón de res, no sé, por qué la gente de Centroamérica somos así”, lamentó.
Cuenta que en Nayarit el tren carguero se descarriló y se cayeron tres “trampas”; centroamericanos indocumentados que fallecieron y no lograron el sueño y la promesa a sus familias de volver con dinero, otro más pierden la vida en manos de los llamados cobra-rentas.
“Cobra renta, ellos nos cobran dinero por venir en el tren, entonces, el chavo ese no traía plata y lo tiraron, aproximadamente entre 150 y 200 dólares por persona, son pandilleros centroamericanos aseguran y están mezclados con gente mexicana también”, reveló
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