Opinión
Juan Gabriel: su muerte y las secuelas
PUNTA DE LANZA
08/31/2016
Muere el cantante Juan Gabriel y su partida de este mundo causa sensación en México. Miles lloran su muerte aquí y en otras latitudes.
Parte Juan Gabriel de este universo en su materia, pero queda plegado su talento y su música en las mentes y corazones de la gente.
Nos hereda sin distingos de credos, religiones ni razas sociales, su legado artístico y de él abrevan las poderosas cadenas de televisión en una guerra sin cuartel y sin precedentes, aunque ya con cierto hartazgo, por conquistar la mayor audiencia posible.
Y contribuye sin duda esa andanada mediática, para que los mexicanos, como buenos y fieles hacedores de ídolos y constructores de mitos, lloremos con mayor fervor la muerte del famoso cantautor, michoacano de nacimiento y chihuahuense por adopción, según las crónicas de los reporteros e investigadores del mundillo de los espectáculos.
Pero que nadie se asombre si la clase política, aunque con menor dolor en su alma por la partida del artista, busque igualmente colgarse de su muerte
Para muestra ahí está el inmediato ofrecimiento del Palacio de Bellas Artes por parte de las autoridades tanto federales como del gobierno de la ciudad de México, para que a su auditorio pudieran arribar los restos del artista para la celebración de un magno homenaje de cuerpo presente.
Lo dicho, el espíritu de Juan Gabriel quizá cabalga por las calles de las ciudades de nuestro país, levantando a su paso cortinas de humo que, sin mucho preámbulo, aprovechan algunos actores políticos para explotar el sentimentalismo profundo que históricamente toca y se arraiga en los corazones del pueblo mexicano ante este tipo de acontecimientos, en un intento de contrarrestar el descrédito de sus gobiernos y evitar, aunque sea momentáneamente, el reclamo y la furia de las clases sociales por sus malas acciones.
Mientras tanto, a Mazatlán arribó el pasado lunes 29 de agosto, nada más y nada menos, que el Presidente de México Enrique Peña Nieto, con el propósito de inaugurar el Hospital Regional Militar.
El alto mando del Ejército y de la Marina, así como del gobierno del estado y clase política militante y actuante atestiguaron tan importante evento.
Los militares sin duda para cumplir con el protocolo y dar realce al evento con sus bandas de guerra y el colorido de sus uniformes y los políticos con la clásica y tradicional intención de robarse un saludo o una mirada afectiva del mandatario.
Es evidente, que el cometido de los militares se cumplió. Estuvieron e hicieron lo que tenían que hacer. Acto de presencia para manifestarle lealtad y respeto al jefe supremo de las fuerzas armadas, grado que ostenta el mandatario nacional.
De la clase política estatal, quizá David López Gutiérrez, Diputado Federal y coordinador de la bancada de los diputados priistas de Sinaloa ante el congreso de la unión, pudo sentirse satisfecho, porque llegó y partió en la comitiva del Presidente.
Incluso, se dice que la sabia de una atención con olor a desaire la saboreó hasta el gobernador electo Quirino Ordaz Coppel, quien tuvo que saludar al Presidente alargando su mano desde las barreras en donde le asignaron su lugar como invitado.
Por cierto, nos comentan que hasta al propio gobernador del estado Mario López Valdez, las cosas no le salieron como tal vez las había planeado y esperado.
Y es que para así considerarlo, habría que haber escuchado el enjundioso discurso de respaldo y solidaridad política que Malova le dirigió a Peña Nieto durante su intervención en el acto inaugural.
Con un discurso tan emotivo, solidario, alentador y de abierto reto para sus detractores como el pronunciado por Malova, creo que cualquier persona con una pizca de intuición política habría esperado palabras de agradecimiento y muestras de afecto, o por lo menos de amabilidad, para el gobernador por parte del presidente, sin embargo nada de eso ocurrió.
Por ello, la sorpresa para propios y extraños resultó enorme cuando el Presidente, al hacer uso de la tribuna, se refirió a la pieza discursiva de Malova, con una evidente frialdad, y con apenas un par de monosílabos poco emotivos por cierto.
Ignoramos si después, en lo corto, Peña Nieto le agradeció al gobernador de Sinaloa por la intensa y valiente defensa pública que hiciera a la gestión de su gobierno, ya que desde la tribuna dejó mucho que desear, sobre todo, con respecto a las expectativas que los malovistas pudieron haber esperado.
Así las cosas, diríamos que ante el inusual hecho de evidente descortesía o desaire de Peña, frente al relevante discurso de reconocimiento a su gestión pública por parte de Malova, es que muchos analistas y público en general, se preguntaban ahí mismo del porqué de la actitud del presidente con el mandatario estatal.
¿Cuál es la realidad respecto a la relación, no digamos de amistad, sino política entre Peña Nieto y Malova?... es una de las preguntas que muchos se hacen.
Si buscamos una respuesta clara, a partir del desaire frío y sin duda muy doloroso para Malova de parte de Peña Nieto, llegaríamos a la conclusión de que la relación política de nuestro gobernador con el presidente de la república no está pasando por su mejor momento.
Y si ello es así, creo que hay mucha materia para la preocupación de parte de los sinaloenses, y por qué no decirlo, de quienes son las cabezas principales del actual gobierno de Sinaloa.
Preocupación por parte de los sinaloenses, porque si el gobernador no cuenta con el respaldo y la simpatía del ejecutivo federal, sería como para sentirnos desprotegidos en materia de apoyo institucional.
Y preocupación para los miembros de los hombres que gobiernan Sinaloa, porque nada bueno les estaría deparando su destino político inmediato, si la animadversión de Peña Nieto con Malova fuera real, como algunos piensan.
Sobre el tema, las preguntas van y vienen en busca de la mejor respuesta, sin embargo, creo que muy pocos nos pueden ofrecer alguna certeza que se aleje del terreno de la especulación.
Bueno, quizá haya alguno que sepa más allá de lo que todos sabemos o creemos saber… El Diputado Federal David López Gutiérrez, quien, el mismo día de la visita presidencial a Mazatlán, acompañó a Peña Nieto en su regreso a la capital del País.
Incluso, sabemos que desde el aeropuerto, “El Pecuni” viajo al lado del Presidente en helicóptero hasta la residencia oficial de Los Pinos…¿De qué hablaron?... Hay que preguntarle al Diputado.
[19:07, 30/8/2016] +52 1 668 162 0658: Ok
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