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“Mover un dedo para mí, ahora, es superimportante”

Raúl de Jesús Castro Leyva con apoyo de amigos, conocidos y radioescuchas y lectores de Fórmula/Luz Noticias logra superar su enfermedad y es dado de alta. Agradece todo el apoyo recibido.

Jessi Jáuregui
28/02/17

“Mover un dedo para mí, ahora, es superimportante”

Los Mochis, Sin-. El grito de ayuda y apoyo desesperado que el joven Raúl de Jesús Castro Leyva envió a la ciudadanía, fue escuchado, y gracias al amor de quienes donaron para que su familia pudiera comprar el medicamento que requería, ha logrado salir de lo más crítico del síndrome de Guillain- Barré.

El lunes fue dado de alta por sus médicos del Hospital General de Los Mochis, y ya se encuentra recuperándose en su hogar, en el ejido Compuertas, a lado de sus papás.

Ya más tranquilo, exhortó a las personas reconocer los síntomas de esta enfermedad, que aunque no es común, puede ser una consecuencia de no atenderse de una infección gastrointestinal o respiratoria a tiempo, y es tan grave que les ha costado la vida a varias personas que llegan al médico ya en una etapa muy avanzada de esta enfermedad.

El padre del joven exfutbolista profesional, Raúl Castro, recordó la difícil situación que atravesaron como familia al ser informados del padecimiento de su hijo y el costo del tratamiento que superaba los 350 mil pesos.

“Me dice el doctor: necesitamos 7 ampolletas (inmunoglobulina humana) de 6 gramos, y necesita 7 diarias; y valen 10 mil pesos cada una. Yo rápidamente hice una oración, Señor, le dije, dame sabiduría ponme los medios para que yo logre el tratamiento de mi hijo… y estoy muy agradecido con la gente, porque si no hubiera sido por el apoyo de la gente, mi hijo se me muere, la verdad”.

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Toda su familia se encuentra muy agradecida por las muestras de solidaridad de amigos, de clubes de futbol, de biólogos, pero sobre todo, de personas que sin conocerlos se unieron a la causa para que Raúl pudiera recuperar su salud.

Las muestras de cariño y palabras de ánimo que recibió durante su estancia en el Hospital General fueron de gran aliento para el joven.

“Estaba yo en el hospital y me marcaba gente, como te comento, que se comunicaban para contarme sus casos, se identificaban con lo que me estaba pasando. Otra gente que me decía por mensaje: oye, Raúl, no te conozco pero se ve que eres un muchacho fuerte, con ganas de salir adelante, échale muchas ganas, yo te voy a apoyar. Y así, hubo mucha gente que gracias a Dios se unió a esto”.

Raúl asegura que a pesar de lo difícil que fue para él todo lo que vivió, el no poder moverse, y estar en riesgo de morir, le dejaron grandes aprendizajes: valorar la vida y a las personas.

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“Valorar lo que es la salud, primeramente, porque la verdad, nunca le ponemos atención a algo tan valioso que tenemos que es la salud… el simplemente poder mover un dedo, para mí, ahora, es superimportante”.

“Y lo otro que me deja, también una lección muy, muy grande es el amor y el cariño de la gente, con eso me quedo”.

Toda la familia se encuentra muy agradecida con el personal médico y de enfermería del Hospital General, en quienes encontró apoyo para no caer en depresión ante lo que estaba viviendo y sintiendo.

Ahora, tras ser dado de alta, dice sentirse muy fortalecido para volver a caminar y tener la fuerza en sus manos para abrazar a sus seres queridos, y espera que con las terapias físicas pueda volver al deporte que tanto ama, el futbol.                        




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