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El cacao, lejos del popular chocolate
De acuerdo con el Popol Vuh, el árbol de cacao era considerado como uno de los cuatro árboles cósmicos situados en los cuatro rumbos del universo.
Ciudad de México.- El cacao, materia prima con el que se elabora el hoy mundialmente conocido chocolate, tenía para los pueblos prehispánicos propiedades simbólicas. De acuerdo con el Popol Vuh, el árbol de cacao era considerado como uno de los cuatro árboles cósmicos situados en los cuatro rumbos del universo.
El cacao es el resultado de la fermentación y el secado de las semillas contenidas en el fruto del tehobroma cacao o cacaotero, por lo que estaba asociado con una de las plantas mexicanas sagradas en Mesoamérica, el maíz, aunado a que era un fruto relacionado, en modo de metáfora, con la sangre y el sacrificio, de acuerdo con una publicación de la revista Arqueología Mexicana, coproducida por el Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Así, debido a las representaciones simbólicas que los pueblos prehispánicos confirieron al cacao, este fruto formó parte de las muchas ceremonias y prácticas rituales de los tiempos ancestrales; se consumía por los miembros de la realeza y acompañaba a los difuntos en el tránsito hacia el Mictlán (el lugar al que van los muertos de acuerdo con la cosmovisión mexica).
El cacao también ocupó puestos importantes en las celebraciones por las victorias militares y por el término de expediciones comerciales; ello, aunado a que fue un indicador de estatus social y su consumo sólo estaba destinado para la nobleza, la transgresión de esta norma era severamente castigada.
De acuerdo con la publicación, debido al valor simbólico del cacao, así como a su sabor, propiedades medicinales y las condiciones específicas para su cultivo, fue visto en la época como una especie de moneda: las mercancías eran comercializadas en granos de cacao.
Con la Conquista, explicó Arqueología Mexicana, el cacao fue despojado de sus connotaciones religiosas y rituales, aunado a que su consumo fue extendido para todas las personas, por lo que pasó de ser preparado solo con agua y en ocasiones especiales, a ser elaborado con leche, azúcar y otros tantos ingredientes con su llegada al entonces conocido como Viejo Mundo.
En la actualidad se cuentan ya con tecnologías para procesar el grano de cacao, cuyos derivados son conocidos como chocolate. Con ello, este grano y sus usos no tienen mucho que ver con las tablillas de chocolate que hoy en día se venden en las tienditas de la esquina.
Los pueblos mesoamericanos dominaban el arte de cosechar y procesar el cacao, también encontraron las maneras de aprovechar y matizar el sabor amargo del cacao y procesarlo, y a partir de la Conquista lo sometieron a diversas modificaciones y sus preparaciones fueron más allá de las bebidas.
De acuerdo con el Atlas de las Plantas de la Medicina Tradicional Mexicana, el cacao es originario de América, se origina en climas cálidos y crece en las orillas de los ríos y en zanjas de tierra húmeda, o bien, debajo de otros árboles frondosos o de sombra.
Refirió que en Tabasco se utiliza para la disentería, con las semillas se hace una especie de chocolate en agua y un poco de sal; además, aplicadas en modo de cataplasma alivia mordeduras de algunas especies de víboras, así como para el sarampión, resequedad en la piel, quemaduras, inflamación, manchas, caspa y durante el parto.
En Morelos se utiliza como lactógeno, que es la falta de leche de las mujeres que acaban de tener hijos, además, durante el parto se utiliza con algunas hierbas para reducir los dolores.
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