Sinaloa | Norte
Dan el último adiós al joven bombero fallecido en accidente

Guasave, Sin.- Perturbados por la muerte de “El Cuate”, como le llamaban, entre gritos de impotencia y consternados por su pérdida, familiares, compañeros y amigos rindieron un homenaje al joven José Miguel Sauceda Carbajal, quien falleció el pasado martes después de un accidente cuando viajaba en una unidad de Bomberos, la cual chocó contra un autobús de la línea Norte de Sinaloa.
Minutos después de las 09:00 horas el cuerpo del joven fue llevado en una unidad de Bomberos a la estación, donde una multitud lo esperaba. Ahí, uno de los bomberos de la vieja guardia narró las vivencias con Sauceda Carbajal; al mismo tiempo, habló sobre la responsabilidad que tienen al anteponer su vida para salvar la de los demás.
El Comandante del Cuerpo de Bomberos, José Abelardo Gutiérrez, manifestó que les duele perder a un miembro de la corporación porque, a pesar de las carencias con las que operan, se mantenían como una familia por el deber de servir.

Durante el homenaje y mientras elementos de Angostura, Salvador Alvarado, Navojoa, El Fuerte y Ahome montaban guardias de honor junto al ataúd, el comandante habló sobre la falta de cultura de ceder el paso a las unidades de auxilio cuando acuden a una emergencia, problema que atribuyó a que la mayoría de la gente no se sabe cuidar.
“Seguimos batallando por falta de comprensión, nos falta mucha cultura, por eso pasan las cosas, por eso hay tantos accidentes, por eso hay tantos incendios, por falta de cultura, porque no sabemos cuidarnos, no sabemos cuidar al vecino”, enfatizó el jefe de la estación, entre lágrimas y con la voz entrecortada.
“El Cuate era como mi hijo, igual que todos... cuando ellos nacieron yo ya estaba en esto y me tocó ver como su papá les inculcó la vocación de servir y estoy seguro que no se arrepiente porque lo que pasó fue cuando prestaba un servicio; lo que a El Cuate le gustaba hacer”, asentó.

Por espacio de casi tres horas, sus compañeros pasaban a despedirse, incluso le reclamaban por qué se había adelantado, por qué se había ido si tenía muchos planes por hacer; al mismo tiempo, colocaban el número 08 sobre el cristal del ataúd, número asignado en la institución, así como un carro de bombero en miniatura.
Uno de sus amigos lloraban sobre le féretro, mientras abrazaba a José Misael, el hermano gemelo de José, quien devastado miraba los restos de su hermano, su compañero de vida que sólo decía: “ya no está conmigo”.
También amigos y compañeros de la universidad lloraron la pérdida, pues en poco más de un mes terminaría su Licenciatura en Mercadotecnia.
Después, cerca de las 12:00 horas lo trasladaron a la Iglesia de Guadalupe, donde le ofrecieron una misa de cuerpo presente y, posteriormente, fue llevado al panteón, ubicado rumbo a la salida a León Fonseca, donde le dieron el último adiós.
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