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De indocumentado a exitoso emprendedor

Notimex
10/07/17

De indocumentado a exitoso emprendedor

Ciudad de México.- Con 300 dólares en la bolsa y miles de sueños por materializar, el mexicano Israel Reyes emigró en 1991 a Estados Unidos. La falta de documentos no le impidió abrirse camino en ese país donde aprendió inglés y se graduó en Matemáticas Aplicadas en la Universidad de Stanford.

Su travesía inició luego del consejo que le dio un profesor de la Vocacional 4, del Instituto Politécnico Nacional (IPN) donde estudiaba la carrera de Técnico en Construcción, a fin de que acudiera a la Embajada de Estados Unidos en México, para hacer un examen y tratar de conseguir una beca.

“Me fui a Estados Unidos cuando tenía 17 años, crucé. A mí me habían dado una oferta de una beca de una admisión en una universidad de allá donde me pedían cinco mil dólares (para ingresar legalmente al vecino país del norte). Yo no los tenía y entonces, mi tía me dio 300 dólares y con ello inicié mi camino a Estados Unidos como indocumentado”, relata Israel.

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Recuerda que cuando cruzó por un área llamada Los Arenales, caminó toda la noche para llegar a Nuevo México "y ahí tomamos un carro que nos llevó al Paso (Texas). Fueron 28 días los que me tardé en llegar y logré arribar a Colorado, donde inicié mis estudios universitarios como oyente”.

Reyes asegura que su trabajo en el área de intendencia –en la que trabajada dos turnos-, le permitió vivir y adquirir los libros de texto para continuar con sus estudios.

Al final, “me fue muy bien porque tuve buenos grados, hice muy buen trabajo en la escuela, después empecé a trabajar profesionalmente y cree mi primer software que en ese momento fue un éxito. Fue un software de Matemática Aplicada (…) y así fue como me abrí camino y logré graduarme en esta materia”.

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Posteriormente, Israel Reyes viajó a Rusia donde trabajó con IBM, la empresa multinacional de tecnología, y poco después al continente europeo, donde bajo las siglas de la misma compañía trabajó dos años en proyectos de infraestructura crítica.

Fue en el año 2012, en Nueva Zelanda, “cuando cree mi empresa, después de haber trabajado muchos años para empresas multinacionales del ramo”.

En 2013, una compañía de Japón, le ofreció una oferta para adquirir la propiedad intelectual total de su empresa, “la cual yo rechacé porque yo quería tener una empresa más grande para poder crear oportunidades de empleo en países como México, de donde yo salí, de donde yo enfrenté retos y estoy muy contento y agradecido de ser mexicano”.

Desde hace cuatro meses se encuentra en México, a invitación de la Red Global de Mexicanos Calificados en el Exterior (Red Global MX) e Innovation Match, una iniciativa que busca vincular con el país a mexicanos exitosos que han migrado al extranjero.

Así, una vez adquiridos los conocimientos en el extranjero, el objetivo del mexicano radicado desde hace 12 años en Nueva Zelanda, es enseñar a las nuevas generaciones de mexicanos que viven en situación vulnerable, que los sueños sí se pueden cumplir.

“Yo creo mucho en México, en el capital humano. También creo mucho en la economía del conocimiento. Yo creo que ahorita México tiene una de las mejores ventajas y oportunidades de explotar esa economía de conocimiento y ese capital humano”, asegura.

En ese sentido, resalta que tuvo la fortuna de conocer a Eunice Rendón, Integrante de Red Global, y su trabajo para "motivar al capital humano que es de clases marginadas o lugares donde existen retos más allá de lo normal. Áreas de vulneración criminal con factores de riesgo".

Israel Reyes dejó claro que su función actualmente es “ver cómo puedo ayudar a tanto talento que hay en México y establecer los lazos bilaterales entre otros países para que aprovechemos el capital humano”.

Hoy en día, reparte su tiempo en dar conferencias por el país, buscar nuevos talentos mexicanos en escuelas públicas y visitar a niños y jóvenes en situación vulnerable como los que habitan la Ciudad Perdida, en Tacubaya, porque está convencido de que “la educación es la llave del éxito y el trabajo, es la prosperidad”.

El objetivo del fundador de Solity, empresa especializada en la construcción de arquitectura de plataformas cibernéticas y mitigación de riesgos con amplios protocolos de seguridad, diseñados por él-, es vincular a las instituciones mexicanas en la creación de tecnología exportable.

Esto es, “pasar de ser de consumistas a productores (de tecnología), porque México tiene un capital humano muy amplio. Ejemplo de ellos es el IPN, donde hay miles de jóvenes estudiantes exitosos. Se trata de producir en pesos y vender en dólares".

El éxito, puntualiza, es una unidad de esfuerzo donde mucha gente trabaja de manera conjunta.



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