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Aumenta obesidad entre adultos en México: FAO

Pasó de 20.5 millones en 2012 a 24.3 millones en 2016, según el informe “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2018” presentado hoy en la sede de la FAO

Notimex
11/09/18

Aumenta obesidad entre adultos en México: FAO

Roma.- El número de personas mayores de 18 años con obesidad en México pasó de 20.5 millones en 2012 a 24.3 millones en 2016, según el informe “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2018” presentado hoy en la sede de la FAO.

El reporte de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación yy la Agricultura (FAO) destacó que la obesidad entre adultos ha empeorado principalmente en Norteamérica y el problema afecta a una de cada ocho personas en el planeta.

El reporte, según el cual el hambre ha aumentado a causa del cambio climático y crisis económicas y afecta a 821 millones de personas en el mundo, dijo que la obesidad es también un resultado de la inseguridad alimentaria.

Indicó que el vínculo entre la inseguridad alimentaria y el sobrepeso y la obesidad pasa a través de la dieta, que se ve afectada por el costo de los alimentos.

En ese sentido, resaltó que los alimentos nutritivos y frescos tienden a ser costosos.

“Por lo tanto, cuando comienzan a escasear los recursos de los hogares destinados a la alimentación, las personas eligen alimentos menos costosos que, a menudo, tienen una alta densidad calórica y un bajo contenido de nutrientes”, explicó.

Dijo que en el contexto de los mercados de alimentos globalizados, donde el costo relativo de los alimentos con un alto contenido de grasas y azúcares es bajo en comparación con los productos frescos, el establecimiento de prioridades de costos para las familias que padecen inseguridad alimentaria puede dar lugar a dietas con un alto contenido calórico, escasa diversidad y bajo contenido de nutrientes y fibra.

Señaló que las personas que padecen inseguridad alimentaria tienen menos probabilidades de tener acceso físico a los mercados donde poder comprar alimentos nutritivos y saludables a precios asequibles, especialmente en los países de ingresos altos.

Según el informe, también existe una ruta psicosocial que va desde la inseguridad alimentaria hasta la obesidad.

En ese sentido, explicó que la experiencia de no tener acceso a determinados alimentos, o un acceso adecuado, a menudo genera sensaciones de ansiedad, estrés y depresión, que a su vez pueden conducir a comportamientos que aumentan el riesgo de padecer sobrepeso y obesidad.

Entre estos pueden incluirse patrones de ingesta compulsiva (atracones) o sobrealimentación cuando hay alimentos disponibles (y la disponibilidad continua es incierta) o bien la elección de “alimentos placenteros” de bajo costo, hipercalóricos y ricos en grasas, azúcares y sal.

“Se ha determinado que esos alimentos tienen efectos psicológicos que reducen el estrés a corto plazo”, dijo.

El reporte dijo que el estrés que ocasiona vivir con inseguridad alimentaria también puede tener un efecto negativo en la lactancia materna y las prácticas de alimentación de los niños pequeños, lo que a su vez aumenta el riesgo de los niños de padecer obesidad en la edad adulta.

Además, indicó que los cambios metabólicos que ocasionan los trastornos en los patrones de alimentación y la privación de alimentos son otro de los componentes de la trayectoria obesogénica de la inseguridad alimentaria a la malnutrición.

Según el informe, las adaptaciones psicológicas en respuesta a los ciclos de “festín y hambruna” se han asociado con un aumento de la grasa corporal, una disminución de la masa muscular magra y un aumento de peso más rápido cuando hay abundantes alimentos.

Igualmente, la privación de alimentos de la madre y el lactante o el niño puede dar lugar a la “programación metabólica” del feto y el niño pequeño, lo que aumenta el riesgo de obesidad y enfermedades crónicas no transmisibles relacionadas con la dieta en las etapas posteriores de la vida.

La desnutrición, así como el sobrepeso de la madre, ocasionados por la falta de acceso estable a una alimentación adecuada puede programar funciones metabólicas, psicológicas y neuroendocrinas en su descendencia, lo que alimenta un ciclo intergeneracional de malnutrición, dijo.

El informe también informó que el número de personas subalimentadas en México disminuyó de seis millones en el periodo 2004-2006 a 4.8 millones en el lapso 2015-2017.

No obstante, dijo que en 2017 el número de personas en situación de inseguridad alimentaria grave en el país era de 11.3 millones.



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