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Yoremes realizan enigmático ritual del Día de Muertos

A pesar de que este año Gobierno del Estado no los apoyó, con recursos propios realizaron una ceremonia austera pero fascinante.

Jessi Jáuregui
02/11/18

Yoremes realizan enigmático ritual del Día de Muertos

FOTO: Martín Ruiz.

Los Mochis, Sin.- Misticismo y tradición, es lo que representa para propios y extraños la celebración del Día de Muertos que año con año realizan los yoremes en la entrada del panteón de San Miguel Zapotitlán. Donde la música, la danza, los cantos, los rezos, los colores, los altares, los adornos, son un fascinante espectáculo sensorial para los asistentes.

Ahí, en el acceso principal del cementerio que alberga a yoris y yoremes, se colocó este año un altar con flores, fotografías, comida y veladoras. A los lados  estuvieron los músicos tradicionales, hombres en su mayoría de edad avanzada, quienes tocaron sus instrumentos musicales con el que iniciaron el ritual en su lengua.

Los rezos y cantos en el altar y posteriormente en la Cruz del Perdón (instalada frente al panteón) también formaron parte de esta ceremonia ancestral. Y, aunque todo se hizo en la lengua yorem nokki (mayo), los visitantes al panteón que, desconocen por completo lo que rezaron quedaron fascinados por tan enigmática y fascinante tradición.

Vírgen de Rita Aguilar Cevejeca, gobernadora indígena de San Miguel, señaló que año con año llevan a cabo este ritual y, aunque este año el Gobierno Estatal no los apoyó con recursos, decidieron hacerlo de manera austera con tal de cumplir con sus antepasados.

“Siempre llevamos la festividad, la tradición es de nosotros y se lleva a cabo año con año”

-¿El Día de Muertos ustedes hacen un ritual especial justamente a la entrada del panteón de San Miguel?

“Así es, lo hacemos porque aquí están los nuestros, los antepasados, y siempre se va a llevar esto a cabo porque es la identidad de nosotros. Este año no hubo recursos según por el cambio de Gobierno pero... con esto hay que salir adelante porque es la costumbre y no la queremos perder”.

Pese a la austeridad que impidió cubrir de flores la entrada del panteón, las personas ajenas a la tradición de los yoremes quedaron maravillados por la enigmática tradición que reúne a los miembros de esta étnica indígena de la región.

Cabe destacar que, para esta fecha, los yoremes cuentan con ritos y leyendas, una de ellas es la de:

El hombre que no creía en el Tapanco (tomada de Cultura Yoreme)

Era ya el día de muertos, muchas familias yoremes habían puesto el tapanco a sus difuntos; solo faltaba aquel hombre, el leñador del pueblo. Sus vecinos le preguntaban  -¿Qué no vas a poner el tapanco a tu mujer?- El respondía: para qué al cabo no va a venir eso es pura mentira.

El leñador solo fue al panteón a visitar la tumba de su esposa, llevó velas y un ramo de flores pero no quiso ponerle el tapanco.

Otro día salió temprano al monte a cortar leña, ya al atardecer cuando se disponía a regresar a su casa, escuchó entre los matorrales, murmullos de gentes que al parecer venían hacia donde éste se encontraba, se fue acercando poco a poco y su sorpresa fue ver a muchos amigos y familiares que ya habían muerto, ellos no pisaban la tierra, venían como flotando entre el monte, la mayoría iban muy contentos por toda la comida que les habían puesto en el tapanco sus familiares.

Y se preguntaban entre ellos -¿A ti que te dieron?- Pues a mí me dieron esta canasta con pan, plátanos, naranjas, manzanas, café y agua. -¿Y a ti- A mí me dieron un cajete con wakabak’ki otro con atole y platos con pozol, tortillas de trigo, garbanzo, maíz, calabaza cocida todos los difuntos caminaban hacia la metida del sol.

Allá al último venía una mujer sola, muy triste, era la esposa el leñador, solo traía un ramito de flores la cual exclamo -¡Tengo dos años ya que estoy muerta y mi esposo nunca me pone el tapanco, llego a mi casa y busco algo de comer y no hay nada para mí!- La pobre mujer venía cambiando las flores por comida con los otros difuntos.

Al verla y escuchar aquello el leñador incrédulo se entristeció mucho y prometió ponerle tapanco a su esposa cada año para el día de muertos.

Y así culmina esta leyenda del día de muertos.




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