Espectáculos
Cristina Camargo, la “Heidi” mexicana para América Latina
La actriz también dobló las voces de “Mimoso Ratón”, Katy, la oruga” y “Hotaru Tomoe”, de “Sailor Moon”.
Ciudad de México.- “¡Qué bonita vocecita tienes!”, “Te lastimas la garganta al hacerla?”, “¿Cuántas más te salen?”, fueron las frases recurrentes que María Cristina Camargo escuchó a lo largo de su niñez y adolescencia.
En las reuniones familiares o con amistades, nunca faltaba quien le solicitaba: “Haz la voz de ‘Mimoso Ratón’ o la de ‘Hotaru Tomoe’ de ‘Sailor Moon’ y ya de paso, la de ‘Saori Kido’ de ‘Los caballeros del zodiaco’. Si bien, complacía a todos, no fue algo que disfrutara hacer a cada rato.
Sin embargo, su destino ya estaba fijado y hoy es una de las actrices de doblaje más reconocidas en México, así como la voz oficial de la protagonista en la serie japonesa de anime “Heidi” para América Latina, y que este 2019 festeja 45 años de su creación.
María Cristina Camargo cumplía 10 años de edad cuando sus tíos Edmundo Santos y Francisco Colmenero, actores y directores de doblaje, la invitaron a participar en el arte ante la ausencia de niños expertos que hicieran las voces infantiles en las caricaturas que llegaban al país.
“Heidi” llegó a México en 1973 y aunque ella tenía 23 años, la voz aguda le salía perfecto y aceptó participar. “No se requería hacer ‘casting’ porque en ese tiempo se dejaba todo al criterio del director. Cada compañía tenía sus proyectos y mis tíos le trabajaban todo a Walt Disney hasta que cayó el proyecto de ‘Heidi’ y me llamaron a trabajar.
“La voz que hace a ‘Pedro’ es de mi prima Diana Santos y del abuelo, estuvo a cargo de mi tío Francisco Colmenero. Queta Lavat hacía a la nana. Fue mucha gente la que participó durante los 52 capítulos, pero lamentablemente, mi tío Edmundo no vio el trabajo terminado porque falleció hace 46 años”, relató Cristina Camargo a Notimex en entrevista.
“Heidi” fue una caricatura que marcó la vida de la actriz, sobre todo por la trascendencia que tuvo y que hoy la mantiene vigente en el gusto de las nuevas generaciones.
La historia narra el caso de una niña huérfana de padres que desde muy pequeña es cuidada por su tía “Dete”, pero cuando ésta recibe la oportunidad de trabajar en Frankfurt, no puede llevarla consigo y decide entregársela a su abuelo en los Alpes Suizos.
“La muñequita me daba mucha ternura, tan solo al verla, me posicionaba de mi papel, porque era muy bonita y humana. ‘Heidi’ fue una niña que padeció el mal humor de su abuelo, un hombre hosco, frío y distante, pero poco a poco le fue sacando su bondad y vivieron muy felices en la montaña”, recordó.
El doblaje se llevó a cabo en la sala del estudio de sus tíos. “Antes, el proceso era muy tardado, porque si tu personaje salía en toda la película, tenías que estar todo el día hasta que tocara tu secuencia, ahora se hace por llamados a cada actor y se graba toda su parte”.
Cristina Camargo fue esposa del también reconocido actor de doblaje José Lavat. De su relación procrearon un hijo y cuando éste era muy pequeño le ponía a “Heidi”. Él se emocionaba mucho cuando escuchaba la voz de su madre en el televisor y luego en vivo.
“Le decían: ‘Mira, ella es tu mamá’, y él se fascinaba. Es algo muy bonito porque mucha gente me reconoce por eso, por la penetración que llegó a tener la historia y para mí es muy ratificante.
“Ahora, cuando me piden hacer la voz, ya no me sale. Con el tiempo las cuerdas vocales se desgastan y como era muy aguda, es imposible lograrla otra vez, solo me escucho y digo: ‘¡Qué bien me salía!’”.
La actriz, que estudió la carrera de arquitectura, pero jamás la ejerció, fue contratada para la versión de “Heidi” en América Latina. Las canciones fueron interpretadas en España a cargo de otra actriz.
Cristina Camargo también es la voz principal de “Mimoso Ratón” en “Odisea Burbujas”, de “Katy, la oruga” y del programa “Pampa Pipiltzin”.
“Eran caricaturas y series muy inocentes, muy blancas. Ahora ya les meten armas y violencia, no creo que sea correcto para los niños, es una pena que hayan evolucionado de esta manera, porque sí, se añoran los tiempos pasados”, reflexionó.
A la medida que fue creciendo, la actriz ya no solo era solicitada para hacer voces de niños, también la llamaban en papeles de jóvenes y así interpretó a “Laura Ingalls” en la serie “La casita en la pradera” (1974), después en “Los ángeles de Charly” (1976) y “El crucero del amor” (1976).
“Cada película es una clase de actuación, porque en cada una ensayas un personaje distinto, problemáticas diversas. Un día puede ser una chica muy alegre y al siguiente eres una villana o una loca. Esa es la magia del doblaje”, destacó.
El afamado concepto StarTalent, que tiende a contratar a los actores de televisión o cine sin ser expertos en doblaje, tan sólo para llamar la atención del público, no es algo que le afecte.
“Más bien, los directores son los que sufren porque no es lo mismo salir en televisión o cantando, que meterse a una sala y ponerse a hablar como el personaje de la tele. No es fácil, para el director es muy complicado dirigir a gente inexperta, pero los productores creen que así será más taquillera su película”.
Como actriz de reparto, dice, ella no ha perdido empleos. Sin embargo, admite que aunque México es considerado uno de los países con mejor calidad en el doblaje, el trabajo es muy mal pagado.
En la actualidad, Cristina Camargo continua actuando, pero también se desempeña como traductora y adaptadora de guiones para series estadunidenses.
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