2018, en 20 años, el más violento que ha vivido México

Ciudad de México.- El año 2018 fue, en las últimas dos décadas, el más violento que México ha vivido con 28 mil 816 homicidios, lo cual equivale a 90 muertes diarias, de acuerdo con datos de Semáforo Delictivo en su reporte anual sobre incidencia delictiva en México.

Esta cantidad representó un aumento del 15 por ciento respecto al mismo periodo de 2017; por otra parte, de enero a diciembre de 2018, los hechos violentos dejaron 33 mil víctimas.

De acuerdo con el informe, 24 de los 32 estados tuvieron incrementos sustanciales en los homicidios, siendo Guanajuato (141%), Quintana Roo (113%), Jalisco (47%), Baja California (35%) y Nayarit con (32%) los que tuvieron mayores repuntes.

Donde hubo descensos de asesinatos fueron Baja California Sur (-73%), Sinaloa (-23%), Veracruz (-20%), Durango (-17%) y Colima (-12%).

Una variable que también fue medida por Semáforo Delictivo fue la de los estados con mayores tasas de homicidios por cada 100 mil habitantes, siendo las más altas Colima (82), Baja California (78), Guerrero (62), Chihuahua (48) y Guanajuato (44).

En contraparte, las tasas más bajas se registraron en Yucatán (2.2), Aguascalientes (5.7), Hidalgo (6.9), Campeche (7.4) y Coahuila (7.6).

Sin embargo, en el caso de Sinaloa salió en rojo el semáforo delictivo en el caso de los feminicidios y robo de vehículo.

Hoy, a nivel mundial, la tasa promedio de homicidios es de 6.2 por cada 100 mil habitantes. El México los homicidios por el crimen organizado aumentaron en un 20% según las cifras de semáforo delictivo.

Al respecto, el directo de Semáforo Delictivo, Santiago Roel, manifestó que”este es el principal problema de violencia en México y la única manera de resolver esta tragedia es regulando drogas para quitarles el negocio a las mafias”, respecto a que un 80% de los homicidios se registraron por ejecuciones ligadas al control de territorio para el tráfico de drogas.

También sentenció que “el deterioro de la seguridad en México no es culpa de la policía, o de la pobreza, sino de un gobierno que insiste en políticas públicas de guerra”.

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