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Adicción a videojuegos, similar a la que provocan las drogas
Dicha adicción está asociada a anomalías neurobiológicas en la corteza orbitofrontal, cuerpo estriado y regiones sensoriales, áreas implicadas en el control de los impulsos.
Ciudad de México.- La adicción a los videojuegos se considera un trastorno mental, debido a que sus manifestaciones son similares a las que ocasionan las sustancias adictivas, señaló el Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El departamento de investigación refirió que la dependencia de los videojuegos puede afectar el desarrollo cerebral de los niños, por lo que actualmente la Clasificación Internacional de Enfermedades que edita la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica la adicción a los videojuegos entre los trastornos ocasionados por el consumo de sustancias o comportamientos adictivos.
Dicha adicción está asociada a anomalías neurobiológicas en la corteza orbitofrontal, cuerpo estriado y regiones sensoriales, áreas implicadas en el control de los impulsos.
También a la disminución del nivel de dopamina y las alteraciones en el circuito de la recompensa, lo que provoca que los niños encuentren gratificación en el juego y necesiten cada vez más tiempo de exposición a esas conductas como medio para compensar los bajos niveles dopaminérgicos.
Según información de Aurora Jaimes Medrano, del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental, las personas que no controlan el tiempo para jugar pueden pasar con los videojuegos hasta 24 horas sin darse cuenta.
Eso provoca que el juego se convierta en una actividad prioritaria para las personas y dejen a un lado otras actividades como dormir y comer, además de generar un impacto en el rendimiento académico en el caso de niños y jóvenes.
En el caso de los adultos, ello repercute en el trabajo y las relaciones familiares e interpersonales se afectan por dicho comportamiento.
El Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina recomienda, como prevención, no permitir el uso de pantallas o dispositivos en menores de dos años.
En los niños de edad preescolar la introducción a los dispositivos debe ser bajo supervisión y en un tiempo menor a una hora, en niños de edad escolar se sugirió limitar el tiempo de uso y cuidar que el objetivo sea para fines recreativos o como herramienta de aprendizaje.
Explicó que en los adolescentes es importante reforzar los temas relacionados con la seguridad, los contenidos y la forma de interactuar en las redes sociales y ayudarlos.
En caso de presentar síntomas de alerta que afecten el funcionamiento en distintas áreas del niño o el adolescente, recomendó la intervención multimodal de tratamiento farmacológico y psicológico.
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