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Reconocen la agroecología como solución para crisis alimentaria
Los niveles de malnutrición por obesidad afectan ya a dos mil personas.
FOTO: Cortesía.
Roma.- Representantes de la sociedad civil mundial lograron incorporar a la agroecología en la agenda del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial de la Organización de las Naciones Unidas como una innovación para resolver las crisis ambientales, de hambre, salud y desigualdad, así como para garantizar el derecho a la alimentación.
La sesión anual del Comité de Seguridad Alimentaria (CSA), realizada el pasado mes de octubre en esta ciudad, se realizó en el contexto de crisis cada vez más profundas, en las cuales el hambre y la desnutrición mundiales están en aumento constante, dio a conocer un reporte de Amigos de la Tierra Internacional.
Desde 2015, la cantidad de personas sin acceso a alimentos nutritivos suficientes es cada vez mayor, al grado que se estima que más de 800 millones de personas (uno de nueve habitantes) experimentaron graves niveles de inseguridad alimentaria en 2018.
Además, los niveles de malnutrición por obesidad se han disparado y llegan a más de dos mil millones de personas, al tiempo que se reconoce al sistema alimentario industrial como uno de los factores principales de las múltiples crisis que enfrenta la humanidad.
El CSA es la principal plataforma política internacional e intergubernamental inclusiva en materia de seguridad alimentaria y nutrición, que tiene la visión de promover el derecho a una alimentación adecuada para todos.
Desde 2009, el Mecanismo de la sociedad civil y de los pueblos indígenas (MSC) organiza la participación de representantes ciudadanos, como pequeños agricultores, pastores, pescadores artesanos, pueblos indígenas, trabajadores agrícolas y del sector alimentario, mujeres, jóvenes, consumidores, comunidades urbanas en situación de inseguridad alimentaria y ONG.
El Mecanismo es el mayor espacio internacional de organizaciones de la sociedad civil que trabaja para erradicar la inseguridad alimentaria y la desnutrición a nivel internacional.
La agroecología como parte de la agenda
Durante varios años, el MSC ha exigido que los gobiernos reunidos en Roma discutir la elaboración de recomendaciones políticas a favor de la agroecología, por lo cual considera una gran victoria que los gobiernos acordaran un año de negociaciones para elaborar recomendaciones políticas en la materia.
También contemplan como una victoria que un informe sobre los “Enfoques agroecológicos y otras innovaciones en favor de la sostenibilidad de la agricultura sustentable y los sistemas alimentarios que mejoran la seguridad alimentaria y la nutrición”, diferenciara claramente entre los enfoques de agroecología y los de intensificación sustentable.
Mientras los líderes se referían a los cambios en el clima, los conflictos, los mercados débiles y la migración como agentes de la inseguridad alimentaria, la sociedad civil destacaba las causas estructurales, incluidos los aportes de la agricultura industrial al colapso ecológico y la profundización de la desigualdad por el aumento del control por los agronegocios y el acaparamiento de recursos.
El MSC destacó que los pequeños productores que viven en regiones vulnerables enfrentan los peores impactos de las sequías, incendios y hambrunas provocados por el cambio climático, por lo cual reclama la transformación de los sistemas alimentarios a favor de la agroecología y la soberanía alimentaria.
El MSC considera a la agroecología como una solución transformadora que incluye adoptar de forma generalizada una producción ecológica de los alimentos y cambios económicos y sociales.
De la misma forma, hace frente a las relaciones de poder desiguales, mientras garantiza la propiedad de los recursos, la justicia de género, innovaciones con beneficios sociales y tecnología, además de procesos horizontales de conocimiento, investigación y aprendizaje.
Rechaza, asimismo, la “intensificación sustentable” que coopta la terminología de la agroecología, pero en realidad promueve la biotecnología, la ganadería industrial y otros intereses propios de los agronegocios.
Este año, los estados miembros también continuaron el proceso de elaboración de directrices nacionales sobre los sistemas alimentarios y la nutrición (el cual será adoptado en 2020) y acordaron el Programa de trabajo plurianual para el período 2020-2023.
La sociedad civil promueve que estos planes continúen siendo ambiciosos en su alcance para convertirse en políticas más centradas en las comunidades y los pueblos.
La lucha contra la cooptación empresarial
En el camino hacia la 47 sesión del CSA, en octubre de 2020, aparecen múltiples desafíos, ya que los espacios de gobernanza estatal multilaterales como la ONU son cada vez más cooptados por el sector privado, que impulsan iniciativas “de múltiples partes interesadas".
A través de ellas, las empresas intentan colocar los derechos e intereses de los pequeños productores de alimentos y del público al mismo nivel que los de las empresas.
Igualmente denunciaron que los gobiernos con fuertes inversiones en los agronegocios y la biotecnología han recurrido a trucos geopolíticos para obstaculizar los procesos del CSA.
Ante esto, consideran que la sociedad civil necesitará de una fuerte articulación para aportar pruebas y reclamos coherentes a nivel mundial y ejercer presión sobre sus gobiernos nacionales.
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