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¡Amor romántico! Cuando la fantasía causa dolor
La construcción social del amor también propicia violencia de género y desigualdad.
FOTO: Temática.
Culiacán, Sin.- “El amor implica sacrificios y si tengo que renunciar a mis sueños por mi pareja lo voy a hacer”; “va a cambiar, es buena persona y con el tiempo aprenderá a ser más tolerante; "los celos son bonitos, preocúpate cuando no te cele"; “es muy seco, pero nunca falta el ramo de flores el 14 de febrero”, éstas son algunas expresiones comunes que forman parte de los mitos del amor romántico.
Para algunas escritoras feministas como Coral Herrera Gómez, el amor romántico es una construcción cultural y social, un mito que se consolidó durante el siglo XIX en la cultura occidental y que se expandió por todo el planeta gracias a la globalización.
También se describe como una trampa que mantiene a los enamorados anestesiados y sometidos en nombre del amor.
Esto no quiere decir que el amor no exista, por el contrario, es un sentimiento real, pero éste debería basarse más en el respeto, la tolerancia, el entendimiento y no fantasías que impliquen desventaja de una de las partes.
Lo anterior lo advierte la psicológica Angie Arellano, quien explica que, por este tipo de mitos, muchas personas, principalmente mujeres se aferran a situaciones de maltrato o abuso, pues suelen pensar que no existen otras alternativas, que fue lo que les tocó vivir y así lo quiso el destino.
“Por ejemplo un mito es el de la 'media naranja', sentir que estamos incompletos o solos si no tenemos a otra persona a nuestro lado; sientes como un cierto vacío por el hecho de estar sola o solo, tienes la necesidad de estar buscándote tu otra mitad; también está ese mito de tener una pareja estable, pensar que si no tienes una pareja te falta algo, a las personas que estamos solteras nos ven como personas que están fracasando en la vida; otro mito, el más común, es de que si me cela me quiere, pero los celos son parte de inseguridad, del miedo de una persona a la otra, entonces también están vinculados a la violencia”, explicó.
Otro de los mitos es que los polos opuestos se atraen y que el amor todo lo puede, ello a pesar de que la relación no sea funcional.
Pensar que el amor es para siempre también es uno de los mitos que provoca que algunos hombres y mujeres estén dispuestos a continuar con una relación a pesar de no sentir nada por su pareja o incluso estar enamorados de otras personas. El problema viene cuando una de las partes decide poner fin a la relación, lo que rompe con el sistema de creencias y provoca un dolor aún más profundo.
“En esa creencia de que el amor es para siempre, cuando se termina una relación, a nivel cerebro, a nivel neuronal, hay un chorro de choque, puede ser traumático, dependiendo si tu construcción romántica está súper arraigada, sufres mucho cuando se termina esa historia, o a veces se acaba y no aceptas la pérdida, te provoca más dolor porque estás sufriendo a nivel emocional, pero en lo mental también, tus mismas ideas te van agobiando y atormentando”, expuso.
El amor romántico también se acompaña del “pensamiento mágico” — una forma de pensar y razonar, basada en supuestos informales—, erróneos o no justificados—, como creer que si la otra persona fue infiel es porque fue “embrujada” o tuvo algún tipo de influencia de carácter místico.
ALGUNOS TESTIMONIOS
EL CASO DE VANESSA
Vanessa notó actitudes extrañas en su pareja y las toleró por amor, descubrió que éste les tomaba fotografías a sus hermanas, incluso, que le había tomado fotos a ella y las compartía por correo con un grupo de amigos.
Su pareja ventilaba sus intimidades y la relación se estaba volviendo tóxica, por fortuna ella descubrió todo a tiempo y por circunstancias laborales la relación llegó a su punto final.
“Se volvió la relación peor, todo decía, si hoy íbamos a tener relaciones, les decía a sus amigos, como que él ya sabía, decía: hoy voy a tener sexo con Vanessa, porque yo sus mensajes pues… soy mujer, me intrigó y los leí, le decía: oye, hoy voy a tener relaciones con Vanessa; y como que él amigo le decía: oye, está muy guapa. No sé, creo que se le elevaba el ego o no se que estupidez le pasaba por su cabeza”, detalló.
EL CASO DE MARIEL
Por amor, Mariel soportó ser enfermera sin sueldo; el padre de su primer hijo, de quien llevaba tiempo separada le comunicó que la abuela del menor estaba a punto de morir, que tenía el deseo de conocerlo y convivir con él durante sus últimos días de vida. Fue así como ella se encargó de cuidarla, de estar con ella en su lecho de muerte, pero después de aquello la relación no fructificó y cada quien tomó su rumbo. A Mariel ni las gracias le dieron.
ANÓNIMO
“En mi última relación después de que terminó me di cuenta que inconscientemente soporté actitudes que simplemente no debieron pasar", expresó.
"Por ejemplo, cuando me acompañaba a comprarme ropa, pesaba tanto su opinión que si él decía 'esa blusa no' aún si a mí me gustaba, la dejaba y compraba otra, también se molestaba mucho conmigo si no quería darle la mano o besarle en público, pues a mí no me gusta mucho y la verdad da miedo cuando se molesta, su semblante cambia muchísimo y yo hacía todo lo posible por contentarlo, además de que me hacía sentir muy mal cuando se ponía así por 'mi culpa'", señaló.
“También era bastante celoso entonces se molestaba conmigo si les demostraba cariño a mis amigos, tenía que hacer las cosas a como él quería o se molestaba, lo último y la razón por la que terminamos fue que casi me forzaba a tener relaciones, se disculpó en el momento, pero después actuó como si nada hasta que yo pedí conversar sobre eso y terminar esa relación”.
EL CASO GÉNESIS
“Tenía un mes de nacida mi bebé cuando se aproximaban los festejos de Año Nuevo y yo estaba en casa de mi mamá pasando la dieta porque había sido un parto por cesárea, el día 31 mi esposo quedó de ir a casa de mis abuelos a pasar ese día pero nunca llegó y al día siguiente llego muy temprano y me dijo que si quería ir a su casa y mi respuesta fue no porque vendría familia de otro lugar, él se molestó y empezó a decirme muchas cosas entonces accedí y me subí al carro y me fui, cuando íbamos en camino me dijo ahorita llegas y le pegas una limpiada al cuarto y mi respuesta fue 'ok', ese cuarto era donde dormíamos y pues como yo tenía un mes fuera él no lo recogía ni nadie de su familia le ayudaba a asearlo. Recuerdo que estaba con la cesárea aún muy reciente y llegué con una bebé de un mes y mi otra niña de 2 años de edad a la casa de mi suegra que era donde vivíamos”, dijo.
“Me bajó y me dijo 'ponte a limpiar' se subió al carro y se fue, dije 'está bien ahorita vuelve porque no me avisó,. Me di cuenta que se iba porque en ese momento abrí la puerta y miré como iba en la camioneta. Limpié aquel cuarto totalmente desordenado, me dolía todo mi cuerpo de cuidar dos niñas y atender las necesidades de él. Hasta que cerca de las 6 de la tarde ya empezaba a oscurecer y no volvía ni contestaba llamadas. Fue así que tuvo que mandar mi mamá por mi porque él nunca apareció y nunca se comunicó conmigo ni ese día ni al siguiente, para él fue algo muy normal el haberme dejado botada” …
“Una estando 'enamorada' cree que las humillaciones son algo momentáneo e incluso el que él se disculpe y pida perdón lo llegamos a ver hasta romántico. El que nos regalen flores después del 'incidente' lo vemos cómo 'aaaaawwww, está arrepentido'... 'No me quiere perder, le da miedo perderme'. No nos damos cuenta que es una bola de nieve tan tremenda la que estamos ayudando a formar que más pronto de lo que creemos nos va a aplastar”, finalizó.