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“Intenté ser heterosexual por 10 años y no pude… soy lesbiana”: Norali
“Desde que tengo uso de razón me gustan las mujeres, uno de los recuerdos más presentes de mi infancia es persiguiendo a una niña para darle un beso”, relata la joven.
FOTO: Manuel Aceves.
Culiacán, Sin.- Durante años, Norali Uribe “se escondió en un armario” e intentó ir en contra de su verdadera esencia, pero no pudo: un día simplemente se aceptó como lesbiana y abrazó su orientación sexual con orgullo.
La joven, que actualmente se dedica a la comunicación política, también participa activamente en colectivos de la diversidad sexual donde promueve la igualdad y la no discriminación.
Entrevistada en el marco del Día de la Visibilidad Lésbica, comentó que su activismo tiene su origen en el dolor y en la convicción de que otras jóvenes no sufran igual que ella, pues desde muy pequeña fue señalada y agredida verbal y psicológicamente por niños y adultos.
“Mi primer recuerdo lésbico de la infancia fue en el kínder: tenía 5 años, recuerdo que estaba correteando a una niña para darle un beso, me castigaron por haber hecho eso, me castigaron muy fuerte, me acuerdo que me pusieron corcholatas en el piso y me hincaron”.
“En el kínder pasó eso, en la primaria yo me enamoré de mi mejor amiga, mis compañeritos de salón me persiguieron tirándome pedradas, diciéndome y gritándome marimacha y cosas horribles”, narró.
Acontecimientos como este se repitieron durante la adolescencia, lo cual orilló a Norali a disimular sus preferencias, ocultarse en el closet y tratar de cumplir las expectativas de las personas que la rodeaban.
“Obviamente por tanta presión social yo me metí a la religión, yo tenía como 12 años, estuve en el cristianismo 10 años, intenté ser heterosexual por 10 años, tuve novio, no tuve relaciones porque en el cristianismo se da mucho esto de hasta que te cases”, expresó.
“Yo me refugiaba en esa ideología, en esa idea de no tener relaciones sexuales, le decía: eres mi novio, pero con sus límites, de esa manera me protegía, yo no quería vivir la experiencia de la heterosexualidad porque no era lo mío, siempre me puse esa máscara”.
En el ánimo de no lastimar a sus seres queridos, Norali fue a retiros y terapias que prometían ayudar a los homosexuales a convertirse en heterosexuales, pero nada la hizo cambiar.
Un día se miró al espejo y supo que debía ser honesta, con ella misma y con el mundo entero, así que salió a flote la verdad. El escándalo en su congregación no se hizo esperar, pero esta vez Norali no estaba dispuesta a seguir fingiendo: había llegado el momento de ser ella misma.
“Cuando yo viví todo eso fue algo difícil, a mi mamá la puse entre la espada y la pared, no sabía si permitir más terapias o dejarme libre, pero no hay mejor cosa para ser feliz que ser uno mismo, desde el momento en que yo empecé a ser y a vivir en congruencia con lo que yo sentía, fui feliz”, acotó.
Norali invita a las jóvenes a abandonar el closet, a ser honestas con sus sentimientos, sus emociones y a los padres y madres de familia a brindarles el apoyo a sus hijas; asimismo, puso a disposición su correo electrónico para brindar acompañamiento emocional en caso de ser necesario: uribenorali@gmail.com
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