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Cadete Ortiz, un guasavense orgulloso de ser parte de la Marina-Armada de México

Daniel Alejandro Ortiz Montoya asegura que la Semar es una carrera de armas, donde están dispuestos a dar la vida por México.

Ernesto Torres
01/06/21

Cadete Ortiz, un guasavense orgulloso de ser parte de la Marina-Armada de México

FOTO: Martín Ruiz | Ernesto Torres.

Los Mochis, Sin.- Daniel Alejandro Ortiz Montoya es un joven de 22 años de edad, originario de la comisaría de Gabriel Leyva Solano, sindicatura Benito Juárez-Batamote, Guasave, Cadete de quinto año Cuerpo General de la Heroica Escuela Naval Militar, uno de 58 futuros oficiales de la Marina-Armada de México, que navega una travesía en aguas del Pacifico mexicano, en el Buque Escuela Velero Cuauhtémoc (BE-01), como parte del “Crucero de Instrucción Bicentenario de la Armada de México”.

El cadete Ortiz, como lo identifican a bordo del también llamado “caballero y embajador de los mares”, porque llevan un mensaje de paz y buena voluntad a cada puerto que atracan en México y el mundo, dice que las noches son cortas cuando se ama la navegación, y que desde el velero la vista del firmamento es majestuoso en altamar.

Entrevistado en la popa del Cuauhtémoc comentó que el buque es como una casa grande, porque el velero les permite cumplir con su misión y atribuciones como marinos a bordo de ese bajel, mismo que cuenta con todo para llevar una vida digna y adecuada. 

Considera que la Escuela Naval y el buque velero Cuauhtémoc su casa, donde ha forjado una hermandad y amistad con los tripulantes que se mantiene al paso de los años.

“Yo lo considero como una casa grande porque todo el personal que está aquí, cuando te embarcaste no los conocías y conforme fue pasando el tiempo ahora los consigas tu familia; le llamamos nosotros la gran familia normal a todo el personal de la institución. Con el simple hecho de pertenecer a la institución y saber que hemos sacrificado lo mismo, que hemos hecho lo mismo por México, nos consideramos hermanos de armas, pero el hecho de compartir el espacio y el tiempo dentro de una unidad como lo es el Buque Escuela Velero Cuauhtémoc; reafirma esa hermandad y unión que tenemos”.

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El cadete cuenta que, desde niño, descubrió su pasión, de estudiar y desarrollarse en el ámbito militar y náutico al servicio del país. 

A los 17 años, llegó a la Heroica Escuela Naval Militar, en donde el proceso de adaptación no fue fácil, pero que con vocación bien definida y el amor por navegar va fincando su proyecto de vida, por lo que estar lejos de su familia más que un sacrificio, es una vocación por servir.

Y es que su vida la basan en leyes y reglamentos, mismos que al cumplirlos cabalmente les facilita la vida dentro de la institución militar.

“Más que sacrificio, uno lo ve como un amor o como una pasión como una vocación, entonces, una vez que encuentres tu pasión no es nada difícil estar aquí a bordo, para desempeñarte e irte desarrollando en la Armada de México. Es un proyecto de vida increíble y, hasta la fecha, no ha habido un sólo día que me arrepienta de estar aquí a bordo, y no solamente estar a bordo, sino también de la Heroica Escuela Naval Militar, tengo un sinfín de experiencias que lo único que han hecho es formarme un carácter más firme y ayudarme a desarrollarme como persona militar y civil”.

En el buque escuela Cuauhtémoc, desde las 6:00 am están de pie, y durante todo el día realizan distintas clases y maniobras, sobre todo en cubierta que es donde ponen en práctica la formación académica de la Heroica Escuela Naval Militar (HENM).

Dijo que en el mar enfrentan muchas situaciones de riesgo y que el miedo siempre está presente, pero asegura es necesario en el ser humano para estar alertas, que se debe superar pero nunca olvidar, en esta una carrera que considera completamente de vocación y pasión donde el Honor, Deber, Lealtad y Patriotismo; los valores fundamentales de la Secretaría de Marina, los hacen sentirse orgullosos y reiteró que dar la vida por México es sólo “gajes del oficio”.

“Nosotros debemos de tener la capacidad de tomar decisiones sin titubear, de poder liderar a nuestro personal. Sabemos que es una carrera de armas, que todos estamos dispuestos a dar la vida por México, es algo que, como se dice coloquialmente, son gajes del oficio, ponernos en riesgo de esa manera, pero el liderazgo y don de mando que tiene el personal de oficiales y capitanes, y que nosotros como futuros oficiales estamos desarrollando esas decisiones, deben de ser las más adecuadas para poder poner en un menos riesgo a nuestra unidad”.

El cadete Ortiz expresó que se siente afortunado de formar parte de la Secretaría de Marina-Armada, de poder surcar los mares y presenciar majestuosos amaneceres. Ver llegar el ocaso y salir la luna en el horizonte, mientras navegan a vela, es algo indescriptible que pocos tienen la oportunidad de experimentar.

“Más allá de una anécdota es la experiencia que representa estar a bordo del buque escuela velero Cuauhtémoc por ejemplo el día de ayer fue la primera vez que yo vi la luna tan impresionante prácticamente era como un amanecer pero con la luna, empezó a salir por el horizonte y era naranja enorme, los paisajes que se prestan cuando uno está aquí a bordo son majestuosos, la verdad que el mar es increíble y verlo en estas condiciones navegando a vela, es algo indescriptible vivir eso si esas experiencias, sobre todo experimentar que creo que muy poca gente la vive”.

Daniel Alejandro Ortiz Montoya compartió detalles de cómo la HENM forma a los futuros oficiales de la Armada de México, capaces física y mentalmente, con adiestramiento para tomar decisiones en situaciones difíciles.

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