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Una bala pérdida dañó su brazo y médicos del IMSS le devolvieron la esperanza

La joven no podía flexionar ni extender el codo, ni movilidad en muñeca y dedos, pero los médicos lograron que recuperara el 90 por ciento de movilidad del brazo.

Una bala pérdida dañó su brazo y médicos del IMSS le devolvieron la esperanza

FOTO: IMSS.

Estado de México.- Una bala pérdida le cambió la vida por completo a  Ana Míriam, pero médicos del IMSS le regresaron la esperanza. 

En octubre de 2019, la joven del Estado de México resultó herida cuando se encontraba en la vía pública; el impacto le destrozó el nervio radial y a consecuencia de ello no podía flexionar ni extender el codo, tampoco tenía movilidad en la muñeca y en los dedos.  

Gracias al apoyo de médicos especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la joven de 33 años logró recuperar el 90 por ciento de las funciones de su extremidad.

El proceso de rehabilitación conllevó alrededor de 9 meses y gracias a éste, recuperó un 90 por ciento de la extensión de la mano y de los dedos, y con eso se ha podido incorporar a sus actividades cotidianas”, explicó Rogelio José Solano Pérez, especialista del Hospital de Ortopedia.

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El cirujano de plexo braquial y nervio periférico detalló que para revertir el daño causado, los médicos del IMSS realizaron una exploración del plexo axilar donde encontraron seccionado el nervio radial a nivel de la axila e hicieron una reconstrucción nerviosa con microcirugía.

“Fue necesario tomar injerto del tobillo para hacer la reconstrucción del nervio radial, y en ese mismo tiempo quirúrgico hicimos una transferencia nerviosa para lograr recuperar la flexión del codo”, explicó Solano Pérez.

Posterior a la cirugía, Ana Míriam inició un programa de rehabilitación, el cual le ayudó mucho, además de la actitud positiva que mostró para recuperar la movilidad de su brazo.

El especialista del IMSS indicó que las lesiones nerviosas tienen tratamiento y hay posibilidades de recuperación si se atiende en los primeros seis meses.

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Ana Miriam recordó que lo ocurrido le generó afecciones emocionales y crisis nerviosas, ya que no podía realizar actividades como bañar a su hijo, hacer de comer, trabajar, peinarse y otras actividades cotidianas.

“Yo sentía como si hubiera perdido el brazo porque no lo podía usar ni para  escribir, ni para hacer tareas con mis hijos”, expresó.

Asimismo, comentó que llegó a sentir resignación al pensar que ya no sería la misma persona, “sí, el brazo lo traigo, pero ya para qué, lo traigo de adorno”.

Indicó que tras la operación e iniciar la rehabilitación en el Hospital de Ortopedia, actualmente ya puede hacer una vida prácticamente normal, “no al 100 a lo mejor, pero sí en un 90 por ciento”.

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