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Jorge Núñez relata en un libro décadas dedicadas al fotoperiodismo

>El fotoperiodista recuerda sus inicios, que narra en su libro «Cuando los perros hablan. (Mi historia, mi vida)».

EFE
24/10/21

Jorge Núñez relata en un libro décadas dedicadas al fotoperiodismo

El fotógrafo mexicano Jorge Núñez relata en «Cuando los perros hablan» su historia de décadas dedicadas al fotoperiodismo con la intención de llegar a aquellos que piensan en dedicarse a este oficio: «Que entiendan la responsabilidad que van a adquirir con la sociedad», dice a Efe. 

«(Me gustaría) que se interesasen por el texto aquellos "chavos" (jóvenes) que están comenzando o tienen pensado dedicarse al periodismo, que sepan a lo que se van a enfrentar y que entiendan bien que su labor es súper importante para la sociedad», dice el fotógrafo, quien se adentró en la profesión en la década de 1970 de la mano del diario mexicano El Universal. 

Núñez recuerda sus inicios, que narra en su libro «Cuando los perros hablan. (Mi historia, mi vida)». Cuenta que al mirar a su alrededor se dio cuenta de que quería hacer algo «por los que están peor» y se planteó si ser policía, reportero e incluso presidente. 

Finalmente se labró una sólida carrera como fotoperiodista y editor. Los últimos 18 años los dedicó a la edición en la Agencia Efe, después de haber trabajado tanto en este medio como en otro estructurando servicios fotográficos y asesorando en la transición del formato analógico al digital. 

Nunca había pensado en escribir un libro sobre sus vivencias laborales, pero después de recorrer muchos países en conflicto, vivir miles de historias de lugares recónditos y tener un profundo conocimiento de la Ciudad de México, sintió que debía compartir sus experiencias. 

Precisamente, con la intención de poder inspirar a los lectores y de poner sobre aviso a los jóvenes periodistas. 

«Que lo palpen, que se impregnen, que se les meta en los huesos que la responsabilidad que van a adquirir es para la sociedad. Eso siempre tendré que decirlo porque eso es lo que te hace que abraces la profesión sin cansancio y que no te agote», compartió. 

Y en relación a esto, dijo que él continúa aprendiendo cada día. 

LA NECESIDAD DE LIBERTAD 

Núñez defiende a capa y espada la liberad, que considera muy necesaria en el fotoperiodismo mexicano. 

«Aunque estemos brincando una línea constantemente porque hay quienes nos indican qué y cómo hacerlo, siempre hay que tratar de salir y regresar a nuestra libertad. No olvidar que debe existir una libertad en esta profesión», explicó. 

Y lo mismo para el editor, consideró, quien debe mantener la independencia de sus fotógrafos. 

«La responsabilidad del editor estriba en ello, en que los debes dejar ser libres, porque así te van a funcionar mejor. Ahí vas a encontrar la valía de un periodista, dejándolo que haga lo suyo, dejando que se desboque», opinó. 

Núñez cubrió para la agencia Reuters conflictos sociales en Nicaragua, El Salvador, Guatemala, Panamá y Haití, entre otros. 

Sobre aquellos años -entre 1985 y 1991- recuerda que entraba en los países, la mayor parte de las veces, «sin ninguna aceptación por parte del Gobierno». 

«Entrabas de "mojado". Siempre había riesgo y tu seguridad de vida bajaba hasta más de un 50 %», contó. 

CAMBIOS Y TECNOLOGÍA 

Para él, la situación en este tipo de coberturas ha cambiado, ya que el fotógrafo suele contar con apoyo de su empresa e incluso a veces de ciertas autoridades. 

«Los conflictos armados continúan siendo muy peligrosos, (...) pero tienen mayor facilidad para entrar y salir, aunque no deja de ser peligroso, incluso aunque tú tengas adiestramiento», aseveró. 

Sobre las coberturas locales y de diario, sus «favoritas», confesó, los cambios se centran en la tecnología. 

«Las cosas han cambiado, ahora hay más facilidad para poder sacar de lugares "calientes", crudos, una noticia con mayor inmediatez. La competencia ahora es tecnológica, gana quien tiene más herramientas y habilidades», añadió. 

Y de México, su país natal y en el que desarrolló toda su carrera, Núñez destaca un fotoperiodismo que ha llevado a muchos profesionales muy lejos y tiene una gran calidad en general, pero también un «margen» de mejora. 

«Yo pienso que el fotógrafo mexicano está aprendiendo todavía, aprendiendo a valorar su trabajo y a valorar su punto de vista», consideró. 

De nuevo, el fotoperiodista menciona la libertad y asegura que es esa «cadena» que todavía falta por romper en el oficio en México.

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