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Advierten riesgos de escasez y calidad de agua a pesar de las presas en Mazatlán

>Mantos acuíferos se han reducido 182 por ciento en 5 años y la Presa Picachos tiene 56 por ciento menos agua a falta de precipitaciones.

Advierten riesgos de escasez y calidad de agua a pesar de las presas en Mazatlán

FOTO: Teresita Rodríguez.

Advierten riesgo en Mazatlán por escasez y la calidad de agua para consumo humano que, pese a las presas, podría reducirse la captación por el cambio climático que ya comenzó a hacer estragos.

El tema se abordó en el Foro Retos de la Seguridad Hídrica, enfocado al caso de Mazatlán, en el que se analizaron aspectos de la infraestructura para dotar de agua al consumo humano y actividades productivas que en últimos años se ha reducido por la baja captación de agua en las presas y la sequía que agotó mantos acuíferos hasta en un 182 por ciento.

La directora de Conselva, Costas y Comunidades, Sandra Guido Sánchez, en su intervención, advirtió un problema serio por el abasto del agua y el impacto del cambio climático en su captación en las cuencas, para la que propuso reforestar y restaurar con la finalidad de revertir en algo la escasez.

«Está aportándose cada año menos agua y ya ahorita tenemos un 56 por ciento de reducción, cifras oficiales de Conagua. Pero, además de que la presa Picachos se está azolvando y eso reduce el volumen de almacenamiento, se va a evaporar el agua por efecto del cambio climático», explicó.

El problema es serio incluso en los acuíferos del Rio Presidio y lo será aún con la construcción de la presa Santa María, de allí que los participantes en el foro convocado por la Junta Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Mazatlán (Juamapam) expusieron cómo puede administrarse el vital líquido para las distintas actividades del municipio y de una ciudad en crecimiento urbanísticamente como es el caso de Mazatlán.

Incluso se abordó, en el foro, el tema de la mala calidad del agua que se sufre actualmente y que se debe a todo el arrastre de sedimentos que dejan fenómenos como los huracanes «Nora» y «Pamela» sobre la infraestructura hidráulica que, al no tener capacidad de desazolve, genera un líquido turbio y de color obscuro.

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