Sinaloa | Sur
Las empanadas más ricas de Sinaloa son las de Lomas de Monterrey, en Mazatlán
Desde hace más de 60 años, decidieron emprender este noble negocio.
FOTO: Dilan Gómez.
El puerto de Mazatlán es cuna de un sinfín de platillos riquísimos para todos los paladares, que van desde carnes, mariscos, postres y demás, pero para cuando se trata de antojo, hay quienes deciden manejar un poco para ir a disfrutar de unas deliciosas empanadas.
Pero si hablamos de empanadas, hay un pueblo al sur de Mazatlán llamado Lomas de Monterrey, en donde presumen que desde hace 60 años hacen las empanadas más ricas de todo Sinaloa.
Para ir tienes que manejar desde la ciudad hacia el sur, llegando al entronque conocido como «La Urraca», entrar por ahí y manejar en línea recta cerca de 15 minutos, pasando por pueblitos como San Francisquito, La Tuna y El Vainillo.
Sabrás que llegaste al lugar porque mirarás hornos de piedra.
Son empanadas de diferentes sabores como cajeta, calabaza, leche y queso, las cuales tienen costo de 15 pesos cada una y estamos seguro de que no te vas a quedar con solamente una.
Se trata de un pan no tan dulce, el cual tiene uno de los rellenos antes mencionados y se meten a hornear al horno de piedra, minutos después, «calientitas», empiezas a gozar de uno de los mejores manjares que probarás en tu vida.
Es tanta su popularidad que muchas personas deciden ir desde sus casas o, bien, vienen de vacaciones y viajan hasta allá en búsqueda de este delicioso postre, el cual también se comercializa en la ciudad, con vendedores del pueblo, pero no se compara con ir ahí a comerlos.
Es negocio familiar
Una de las cosas más icónicas de este negocio, es que únicamente una familia las vende con la receta original y son tan arraigadas en el pueblo, que nadie decidió replicar la receta.
Cuando la familia decidió que debían cada quien vender por su lado, una vez que la creadora de las empanadas falleció, las hermanas decidieron cada quien vender por su lado, el detalle es que… viven enfrente una de la otra.
Esto no fue problema, pues ambas decidieron tener la competencia más leal que existe: una vende un día y la otra, al siguiente, es decir, una vende lunes, miércoles y viernes y la otra, martes, jueves y sábado, pero cuando llega el domingo ambas abren su puesto.
Es sin duda un manjar que te recomendamos probar la próxima vez que vengas a Mazatlán y que estamos seguros de que valdrá la pena la vuelta.