Sinaloa | Norte
La desgarradora historia de Carlitos, llena de abandono, desatención y necesidades
La madre de Carlitos es adicta y lo dejaba encerrado antes de que su abuela se hiciera cargo de ellos. Su padre está desparecido desde junio del 2022.
FOTO: Ernesto Torres.
La pérdida de Carlitos, no solo le duele a su familia, la sienten los vecinos y sus propios amiguitos, con los que jugaba todos los días en el bordo del canal y recorría a lo largo la vía del ferrocarril.
En la zona donde vivía comúnmente lo veían deambular, a veces solo y en ocasiones acompañado de sus hermanos; siempre alegre y con ganas de explorar.
Carlitos tenía 3 años de edad, vivía a un junto a sus hermanos y hermanastros en una pequeña vivienda a un costado de las vías del tren, en el cruce con la calle Gladiolas, justo donde divide la colonia Rosendo G. Castro y Ferrocarrilera, este último asentamiento donde recientemente se mudó su madre, y en donde hay decenas de casas de madera y lámina que viven en pobreza extrema.
El niño, quien murió ayer ahogado, este día es velado su casa. El pequeño féretro está rodeado de flores y veladores que llevaron su familia y amigos; incluso, vecinos con los que él mismo jugaba diario.
Otros llevaron café y comida, pues la familia es de escasos recursos y se quisieron solidarizar; sabían que llegarían más personas a despedirse de Carlitos, porque ahí en La Ferrocarrilera y La Castro, todos los conocían y le hacían cariños.
«Era un buen niño, siempre se acercaba cuando pasábamos, era muy curioso el niño; pobrecito, que Dios lo tenga en su Santa gloria», dijo una señora, vecina de la abuela de Carlitos, quien asegura que no es justo que después de tanto sufrir, de tanto batallar, de que prácticamente fuera abandonado por su madre, tuviera este triste y lamentable desenlace.
Los rostros de todos lucen desencajados, pues Carlitos era un niño que cuidaban todos, que estaba a cargo de su abuela, pero que era común verlo en la calle y que ahí todos lo sentían propio; por eso, ayer, cuando se enteraron de que estaba perdido, se sumaron a la búsqueda.
Les preocupaba que algo malo le hubiera pasado; tristemente fue localizado sin vida, ahogado; al parecer se cayó al canal de riego Lateral 10 y no logró salir.
A su corta edad, sus otros hermanos no lograban entender ni asimilar que su hermano yacía sin vida en ese pequeño féretro blanco.
Que ya no compartirá más horas de juego, que ya no explorará entre los bordos del canal y que será uno menos en su grupito, pues siempre como dicen... «todos andaban juntos y se cuidaban entre sí», pero ayer, nadie sabe qué pasó. Y es que los 12 niños, entre hermanos y hermanastros, son menores de edad.
Sus padres
Según informes, tras la desaparición de su padre Carlos Zayas, el pasado 19 de junio del 2022, tras salir a festejar el cumpleaños de su hijo Carlos Raymundo, ambos carroceros, la madre se quedó en casa con los niños en el fraccionamiento Virreyes, pero debido a que sufre problemas de adiciones, comenzó a dejarlos solos encerrados, sin alimentarse, mientras ella salía con otras personas y volvía bajos los influjos de drogas y alcohol.
Incluso, era común que los niños salieran a pedir comida a los vecinos del mismo fraccionamiento Virreyes, y que llevaban hasta el bordo del canal de riego en el bulevar Agustina Ramírez, donde comúnmente jugaban y pasaban el día.
Fue entonces cuando la familia decidió internarla en un centro de rehabilitación, donde estuvo unos meses, pero no terminó su tratamiento; mientras la tutela temporal de los menores la tuvo su abuela materna, con consentimiento y apoyo económico de la paterna y quienes dentro de las posibilidades se han mantenido cerca.
Al estar los niños a cargo de la abuela, ella cuidaba a los 12 hijos, tanto de la madre María Guadalupe «P», como los de su pareja actual. Sin embargo, la mujer según vecinos, los atiende a todos bien, los cuida y los alimenta, incluso los mantiene limpios y es estricta con todos.
Presuntamente, la noche del lunes, Carlitos y sus cinco hermanos: Antonio Itzael, de 1 año 3 meses; Carlitos, de 3 años; Romina, de 5 años; Dilan, de 6 años; Victoria de 7, y Ximena, quien es la mayor, de 8 años, pidieron permiso a su abuela para ir a con su madre y dormir con ella, en la casa que recién rentó, una vivienda humilde y cercana, en la que vive con su pareja actual.
Al parecer, ayer en la mañana María Guadalupe salió y los dejó dormidos solos, pero ya no regresó, y fue ahí cuando los niños, que siempre estaban juntos, salieron a jugar y ocurrió la tragedia.
Los funerales continúan y en las próximas horas, el cuerpo del pequeño Carlitos será sepultado en el Panteón Municipal de Los Mochis, donde descansarán sus restos junto a esas esperanzas de haber crecido en una familia integrada, donde lo cuidaran y lo protegieran de que nada malo le pasara.
Lamentablemente, tras la desaparición de su padre, su familia se desmoronó, y ayer tuvo un desgarrador y trágico final cuando salió a jugar y murió ahogado en un canal de riego.
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