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«Desde el huracán Manuel mi casa quedó devastada; con Norma perdí todo otra vez»: vecina de Angostura
Doña Asunción, de Las Palmitas, narra cómo su hogar se inundaba nuevamente.
FOTO: Brandon Sainz.
La tormenta Norma dejó sin nada a doña Asunción, una anciana de la comunidad de Las Palmitas, en el municipio de Angostura, quien narró cómo su hogar se inundaba nuevamente al igual que cuando llegó el huracán Manuel en 2013.
Luego de la entrega de apoyos del gobernador Rubén Rocha Moya a familias damnificadas de Angostura, en Luz Noticias entrevistamos a 3 mujeres de la comunidad de Las Palmitas, quienes nos relataron cómo vivieron los días de intensas lluvias provocadas por la tormenta Norma.
La historia que conmovió fue la de doña Asunción, quien expresó que en el 2013 aquel popular y devastador huracán Manuel le inundó completamente su casa y lo perdió todo; hoy recordó ese triste momento nuevamente con «Norma», que a pesar de que no era un huracán, para los vecinos de Las Palmitas era una tormenta imparable.
«Nos salimos, el agua nos llegaba arriba de la rodilla; mi casa no la hemos podido arreglar desde el huracán Manuel, mi mamá falleció y pues quedamos endeudadas con la casa. Ahora con esta ("Norma") perdí todo otra vez», lamentó doña Asunción.
Solas sin ayuda
Dos vecinas más de la misma comunidad nos dijeron que ellas se encontraban llorando, ya que solas en sus casas, y a pesar de que no tenían compañía, mantuvieron la calma, vieron con dolor cómo las lluvias se llevaban sus bienes materiales mientras ellas subían lo más alto que se pudiera.
«Estaba sola, yo sí lloraba porque decir ira acá está mi vecino, pero no me pueden ayudar, ellos también estaban afectados, todo quedó mojado, la sala, los colchones», expresó una.
«Yo también vivo sola como ella, la mía es una casita vieja, la carretera me quedó muy alta y quedé en un pozo; nomás llueve y me afecta, me llegó el agua a media pierna, no había salida, ahí estaba con escoba arriba de la cama cansada», expuso la otra afectada.
Las adultas afectadas agradecieron que el gobierno las apoyó en este tipo de situaciones, y aunque señalan que lo que vivieron dolió, ellas todos los días agarran la escoba y el recogedor para sacar el agua de sus casas hasta que les duele la espalda.
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