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Mirna tardó 8 años en encontrar a su hijo desaparecido; aquí la historia de Las Rastreadoras | VIDEO
La desaparición de su hijo Roberto dio origen al colectivo «Rastreadoras de El Fuerte», que es reconocido a nivel mundial por buscar a personas desaparecidas.
FOTO: Mirna Medina tardó 8 años en encontrar a su hijo desaparecido.
Ocho años y tres meses fue el tiempo exacto que tardó Mirna Nereyda Medina Quiñones para encontrar a su hijo, quien desapareció sin dejar rastro alguno.
Sin darse cuenta, la mujer engendró y dio inicio a uno de los movimientos de exigencia más aterradores y visibles del país: la existencia de personas desaparecidas por la delincuencia organizada.
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La historia
Mirna Medina, fundadora del colectivo Las Rastreadoras de El Fuerte, narró en una entrevista reciente el viacrucis que vivió durante poco más de 8 años, para dar con el paradero de su hijo Roberto Corrales.
Según lo contado por la rastreadora, su hijo desapareció un 14 de julio del 2014 en una comunidad del municipio de El Fuerte, Sinaloa, donde unos hombres se lo llevaron con rumbo desconocido.
Enterada sobre la situación, la rastreadora buscó el apoyo de las autoridades para dar con el paradero de su hijo, pero al percatarse que no era tomada en cuenta, comenzó su propia búsqueda por montes, canales y orillas de los ríos.
En este trayecto, descubrió que no era la única que atravesaba el problema de desaparición forzada, por lo que comenzó a fortalecer a un grupo de mujeres que buscaban a sus seres queridos, la situación la hizo sentirse menos sola.
«Fui a buscarlo. En ese camino, me encontré con varias personas, amigas, conocidas mías que tenían a personas desaparecidas, entonces fuimos armando un grupito y empezamos a buscar en los montes, orillas del río, canales y el 12 de septiembre del 2014, nos reunimos para pedirle al presidente municipal de El Fuerte que no atendiera».
El 12 de septiembre del 2014, se llevó a cabo la primera marcha en El Fuerte, para exigir a las autoridades la atención a la problemática, marcha a la que se unieron decenas de mujeres y hombres que tenían el mismo problema; la respuesta fue que solamente tenían el reporte de 4 personas desaparecidas.
Desilusionadas de la situación, Mirna y el grupo de personas emprendieron acciones por su propia cuenta y desde ese entonces comenzaron a rastrear cadáveres, con métodos inventados por ellas mismas y por demás rústicos.
El método más rústico era insertar un palo de escoba en el suelo y si este se hundía o salía con un olor putrefacto, eso significaba que ahí había una fosa clandestina.
El nombre de «Rastreadoras» fue puesto por el extinto periodista Javier Valdez, quien después de preguntarle a Mirna Medina cúal era la dinámica de trabajo, terminó diciéndole que ellas «rastreaban».
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Hallazgo
- El primer encuentro de Mirna Medina con su hijo Roberto fue el 14 de julio del 2017, cuando la rastreadora localizó varias vértebras que después, en los análisis de ADN, resultó que eran de su «tesoro», como ella le decía a su hijo.
- Inconforme por el hallazgo, la rastreadora continuó fervientemente la búsqueda y el 5 de octubre del 2022, es decir, 5 años después, localizó el resto del cuerpo de su hijo en una fosa clandestina situada cerca de la población de Ocolome, El Fuerte.
- Finalmente, el 14 de diciembre del 2023, Mirna Medina sepultó a su hijo completo, con lo que pensó que daba vuelta a la página en la búsqueda de personas desaparecidas; sin embargo, un dato recibido durante esos días desbloqueó una duda que la mantiene muy activa en la búsqueda de respuestas: que su hijo fue ultimado a balazos.
«Mis sentimientos cambiaron cuando me dijeron que lo habían matado de dos tiros en la cabeza, yo dije: como es posible, a quien le pudo haber hecho tanto daño para que le dieran el tiro de gracia, yo al principio nomás quería encontrarlo, pero cuando me dijeron eso se engendró el sentimiento de conocer por qué lo hicieron, hasta ahora tengo eso».
En la actualidad, Mirna Medina y las Rastreadoras de El Fuerte continúan en la búsqueda de personas desaparecidas, actividad que realizan aún a sabiendas de que se exponen a diferentes tipos de peligros; sin embargo, es más fuerte su promesa de encontrar a sus «tesoros».
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