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«El último charco» de la Presa Huites; así se ve la sequía en Choix, Sinaloa | FOTOS

Solo un espejo de agua se ve en el fondo del vaso de una de las presas más grandes de Sinaloa.

«El último charco» de la Presa Huites; así se ve la sequía en Choix, Sinaloa | FOTOS

El panorama en el vaso de la presa Huites luce desolador, la sequía la consume poco a poco. FOTOS: Martín Ruiz

Sinaloa es una de los estados más afectados por la sequía en México, no solo no llueve, sino que sus 20 municipios padecen ya la falta de agua y qué decir de sus presas, las 11 existentes cerraron al uso agrícola, pero en la presa Huites, la más importante, aún queda un «último charco».

La presa Huites, ubicada en el municipio de Choix, al norte de Sinaloa, es de las más grandes y con mayor almacenamiento, por lo que se niega a sucumbir a la sequía que agobia ya a los sinaloenses, se aferra a seguir, al menos, con espejos de agua o el llamado «último charco»

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A tan solo unos kilómetros arriba de Choix, una de las ciudades más calientes de México, se erige la Presa Huites, con una de las cortinas más imponentes de todo el sistema de presas de Sinaloa y México, de gran relevancia no solo para el almacenamiento de agua, sino para la generación de energía.

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La sierra luce seca y triste

Desde que te adentras a la sierra el paisaje de los cerros secos predomina en el horizonte, como si rogaran una gota de lluvia para recuperar el verde tono que los caracteriza en su mejor verano. 

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Los pequeños acantilados y las curiosas palmas, secas, casi quemadas, engalanan los bordes de la carretera que lleva a La Estancia, la comunidad más cercana al vaso de la presa, a la cual se llega por una vereda de arenisca, de esas de las rutas de razers.

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El panorama desolador de la presa

Tras bajar en esos caminos de terracería por más de 3 kilómetros se observa ya el vaso de la Huites y el panorama es dantesco, apocalíptico, seco y agreste, pareciera sin vida.

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Es el fondo de la presa que más agua llegó a tener en sus mejores tiempos, la que mayores embalses registró y la cual abastecía a otras dos cuenca abajo, rumbo a El Fuerte; ahí estaba la Huites, seca y solo con un espejo de agua.

Sobresale el nivel de donde alguna vez llegó el agua, marcada en los cerros y lomas que conforman el gran vaso, como si la sequía la desapareciera de la noche a la mañana.

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Vacas flacas, pangas abandonadas y troncos secos

Algunos pequeños rebaños de vacas flacas se ven a lo lejos, tomando un poco de agua y escudriñando el poco pasto que sale de entre el lecho seco de la tierra y arena carente de vida.

Los pocos troncos de los árboles se ven sin vida, secos, como los de las películas del viejo oeste y aquellas pangas de los pescadores de agua dulce, encalladas en la orilla de esa tierra agrietada, porque hasta la actividad pesquera disminuyó por la intensa sequía que azota a Choix.

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Ahí se ve solo al que llamamos el «último charco de agua», un espejo que es minoría que representa el 15.6 por ciento de su almacenamiento total, según estimaciones de Conagua y especialistas, casi nada.

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  • La presa Huites cerró sus compuertas al uso de riego agrícola y solo se mantiene vertiendo un porcentaje mínimo para que el cauce de la cuenca lleve la poca agua para consumo humano, la cual a veces llega a los canales y comunidades, si no se la roban en el trayecto.

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