Sinaloa | Norte
¿Cómo llegar al «último charco» de la Presa Huites? Choix sucumbe ante la sequía
El espejo de agua que resiste en una de las presas más grandes de Sinaloa, ahora está desolado y triste.
FOTO: Luz Noticias.
La severa sequía que azota a Sinaloa deja sus huellas más profundas en la Presa Huites, ubicada en el municipio de Choix, al norte del estado.
Este embalse, conocido por ser uno de los más grandes y de mayor capacidad de almacenamiento en la región, ahora exhibe un paisaje desolador con lo que los locales han denominado «el último charco».
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Un estado seco y desesperado
Sinaloa se encuentra entre los estados más afectados por la sequía en México. La falta de lluvias ha impactado de manera dramática a sus 20 municipios, con una escasez de agua que ha forzado el cierre de las 11 presas para el uso agrícola.
La Presa Huites, sin embargo, resiste con un pequeño espejo de agua que lucha por mantenerse.
El imponente pero abatido paisaje de la Huites
Situada a pocos kilómetros de Choix, una de las ciudades más calientes de México, la Presa Huites se alza con una de las cortinas más impresionantes del sistema de presas de Sinaloa y México.
Esta estructura no solo es vital para el almacenamiento de agua, sino también para la generación de energía. Sin embargo, el panorama actual es sombrío. Los cerros secos dominan el horizonte, rogando por una gota de lluvia que les devuelva su verde característico.
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El descenso hacia la devastación
- La travesía hacia la presa, pasando por La Estancia, la comunidad más cercana, es un recordatorio constante de la sequía. Pequeños acantilados y palmas secas bordean la carretera de arenisca. Tras recorrer más de tres kilómetros de caminos de terracería, el vaso de la Huites se revela en toda su desolación: un paisaje seco, agreste y casi sin vida.
Vestigios de mejores tiempos
El nivel del agua, ahora marcado en los cerros y lomas, es un recordatorio de los tiempos en que la presa estaba llena. En su apogeo, la Huites abastecía otras dos cuencas camino a El Fuerte.
Hoy, solo queda un «último charco», un espejo de agua que representa apenas el 15.6% de su capacidad total, según estimaciones de Conagua.
Las escenas alrededor del embalse son devastadoras. Rebaños de vacas flacas se ven a lo lejos, busca desesperadamente algo de pasto y agua. Los troncos de los árboles, secos y sin vida, se asemejan a escenas de películas del viejo oeste.
Las pangas de los pescadores, ahora encalladas en la tierra agrietada, son testigos mudos de una actividad pesquera que ha disminuido drásticamente.
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La lucha por el agua
La Presa Huites cierra sus compuertas al riego agrícola, dejando pasar solo un porcentaje mínimo de agua para el consumo humano. Esta agua, sin embargo, muchas veces no llega a los canales y comunidades, debido al robo en el trayecto.
Choix y sus habitantes están viviendo una de las peores sequías de su historia, con la esperanza puesta en que las lluvias regresen y renueven la vida de sus tierras y su presa.
La imagen de la Huites y su «último charco» es un llamado urgente a la acción, una súplica para que se tomen medidas que aseguren el agua para Sinaloa y sus comunidades en los próximos años.
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