Sinaloa | Sur
En Sinaloa trabajan para erradicar la depredación de tortugas marinas
Más del 35 por ciento de los pescadores que se dedicaban a comercializarlas han dejado estás prácticas afirma especialista
La depredación de la tortuga marina ha sido una preocupación constante para la conservación del ecosistema marino en Sinaloa, sin embargo, recientes datos proporcionados por Isabel Mendoza, directora de la asociación civil SUCEDE, indican una notable disminución en esta problemática.Â
Mencionó, que más del 35 por ciento de los pescadores que anteriormente se dedicaban a comercializar tortugas han dejado esta actividad.
«Con la experiencia de una asociación civil que está en campo, hemos identificado que estos casos han bajado de manera significativa. En la reforma lo vemos los pescadores que antes eran depredadores se están volviendo conservacionistas» señaló.
Comer tortugas es dañino para la salud
Un factor importante en este cambio ha sido la generación de estadísticas e investigaciones que revelan los riesgos para la salud humana asociados con el consumo de tortugas marinas.Â
Estas investigaciones han demostrado un vínculo entre el consumo de estas especies y enfermedades graves, como el cáncer de estómago, debido a la ingesta de metales pesados presentes en sus cuerpos.
La directora comentó que esta información ha sido esencial para educar a las comunidades pesqueras sobre los peligros de consumir tortugas marinas, y es así como la concienciación ha llevado a una reducción en la demanda de estos animales, contribuyendo así a su conservación.
El compromiso del sector pesquero de Sinaloa con la conservación de las tortugas marinas y otras especies es evidente, pues resaltó, que los pescadores están adoptando nuevas tecnologías y prácticas para cumplir con las leyes ambientales y proteger el ecosistema marino.
- Este esfuerzo no solo beneficia a las tortugas marinas, sino también a otras especies que cohabitan en el mismo hábitat.
Agregó, que el avance en la reducción de la depredación de tortugas marinas en Sinaloa es un ejemplo de cómo la educación, la investigación y la adopción de prácticas sostenibles pueden contribuir a la conservación de la biodiversidad marina.
