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La Tumba encadenada de Elota: La leyenda de los amantes malditos
Según la leyenda que cuentan los pobladores, el sepulcro está rodeado de cadenas para que nadie se pueda llevar a estos difuntos
Sinaloa es un estado lleno de leyendas en cada uno de sus municipios y prueba de esto es la escalofriante historia de la tumba encadenada de Elota, que involucra a unos amantes de ese poblado que, según los pobladores, estaban malditos.
De acuerdo a la leyenda, la tumba encadenada pertenece a Rosa y Pedro, quienes se amaron en vida a pesar de que su amor estaba prohibido por todos, incluidos su familia. ¿La razón? Eran hermanos.
Según los pobladores, Rosa y Pedro se empezaron a querer desde muy pequeños, pues el hecho de convivir en familia los hizo crear un lazo que los hizo olvidarse de que eran hermanos, convirtiéndose en amantes.
Tristemente, para el año de 1890, la historia terminó con un final amargo, pues la familia, junto con los pobladores los descubrieron y para implementar un castigo ejemplar, los apedrearon y golpearon hasta terminar con la vida de ambos.
Sin embargo, la historia de terror no termina aquí pues, una vez que terminaron con su vida, decidieron que, pese a su amor incestuoso, tenían que enterrarlos en el mismo panteón, pues no había donde más, además de que aquí era donde vivían sus familiares.
Fueron encontrados fuera del panteón
Para sorpresa de todos los habitantes de Elota, a la mañana siguiente de haber sido sepultados, los cuerpos sin vida de Rosa y Pedro estaba fuera de sus tumbas y localizados muy lejos del panteón.
Esto dio pie a muchas leyendas, pues muchos creían que el mismo Diablo los había sacado de su tumba para llevarlos al infierno personalmente y castigarlos por su amor prohibido, debido a que el amor entre hermanos es un pecado muy grave.
Debido a que no querían que la situación se repitiera y que nadie, ni siquiera el Diablo, se atreviera a llevarse a los fallecidos, la familia de Rosa y Pedro decidió erigirles una tumba en donde pudieran descansar juntos.
Además, se dice que cadenas fueron puestas alrededor de los ataúdes para que no se pudieran abrir, además de las cadenas que rodean a la tumba doble.
- Sea verdad o no, muchos valientes que osan visitar el panteón de Elota en Sinaloa, dicen que se escucha como si jalaran cadenas o trataran de romperlas.
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