México
¿Tomas mucho refresco? Esto es lo que le hace a tu hígado
Beber estas bebidas con gas puede causar enfermedades varias y daños a la salud, en especial a este órgano debido al alto consumo de azúcares
El refresco es una de las bebidas favoritas de los mexicanos para tomar a todas horas, desde el desayuno hasta en la cena, pero, desafortunadamente y aunque sepa muy rico, afecta el hígado.
De sabor dulce y generalmente bebido a una temperatura bien fría, el refresco puede dar satisfacción al ser ingerido junto a los alimentos, pero no es saludable, pues contiene azúcares, colorantes y edulcorantes artificiales, además de que no contiene nutrientes que beneficien a la salud del cuerpo humano.
¿Qué órgano es el más dañado por refrescos?
Uno de los peligros de tomar refresco es que esta bebida tiene un efecto directo con el hígado, el cual tiene como función desintoxicar la sangre, metabolizar los nutrientes y almacenar energía en forma de glucógeno.
Así pues, si eres de los que tomas mucho refresco, aunque al principio no sentirás nada, a largo plazo puedes padecer enfermedades en el hígado debido al alto contenido de azúcares como la fructosa, entre otros ingredientes de origen artificial.
El problema más común con beber refresco es el hígado graso no alcohólico debido a que este órgano metaboliza la fructosa, por lo que acumula la grasa en las células hepáticas lo que puede evolucionar a una cirrosis.
Además de esto, tomar refresco diario puede causar inflamación hepática, lo que desencadena en una fibrosis y en daño celular.
Otro de los efectos negativos es que beber refrescos causa resistencia a la insulina debido al consumo alto de azúcares, y lo peor de todo es que esto está relacionado con la diabetes tipo 2 y la obesidad.
¿Como cuidar tu hígado?
Los consejos más simples para mantener un hígado saludable es evitar los refrescos, tomar mucha agua y hacer ejercicio constantemente.
Pero, además de esto hay alimentos que ayudan a la salud del hígado y que pueden ayudar a evitar este tipo de enfermedades
- Brócoli, espinacas y coles de Bruselas: Estas crucíferas son ricas en antioxidantes y fibra, nutrientes esenciales para proteger las células hepáticas del daño y promover la desintoxicación.
- Arándanos y limón: Tanto los arándanos como el limón son poderosos antioxidantes que ayudan a prevenir la inflamación y el daño oxidativo en el hígado. Además, la vitamina C del limón refuerza el sistema inmunológico.
- Aguacate y aceite de oliva: Las grasas saludables presentes en el aguacate y el aceite de oliva ayudan al hígado a procesar y eliminar las toxinas de manera eficiente.
- Chía y lino: Estas semillas son una excelente fuente de fibra y omega-3, nutrientes que contribuyen a la salud hepática al reducir la inflamación y proteger las células del hígado.
- Coles de Bruselas: Contienen índoles, compuestos que activan las enzimas desintoxicantes del hígado, ayudando a eliminar sustancias nocivas.
- Té verde y jengibre: Ambos son ricos en antioxidantes que neutralizan las toxinas hepáticas y tienen propiedades antiinflamatorias que benefician la función hepática.
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