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¿Por qué la pizza sabe tan rica? Esto dice la ciencia

Ya sea caliente y recién salida del horno o fría y lista para el desayuno, la pizza sigue siendo una de las comidas más populares y versátiles.

Víctor Acosta
17/10/24

¿Por qué la pizza sabe tan rica? Esto dice la ciencia

FOTO: La Pizza.

La pizza es, sin duda, uno de los platillos más adorados a nivel mundial. Ya sea con una fina masa crujiente al estilo de Nueva York o con un generoso relleno como la clásica pizza de Chicago, su sabor es irresistible para millones. Pero, ¿alguna vez te has preguntado por qué la pizza sabe tan deliciosa? La ciencia tiene una respuesta para ello.

El secreto está en el glutamato

Uno de los elementos clave en el irresistible sabor de la pizza es el glutamato, un compuesto natural presente en ingredientes como el tomate, el queso y algunas carnes curadas. Según el escritor especializado en alimentos, Miller, el glutamato activa nuestras papilas gustativas, enviando señales de placer a nuestro cerebro que nos hacen desear más. Este compuesto es el responsable de ese característico "umami", el quinto sabor, que se traduce en una sensación de satisfacción y nos hace querer otro pedazo.

La magia de la caramelización y la reacción de Maillard

Más allá del glutamato, el proceso de cocinar una pizza también juega un papel crucial en su sabor. Cuando los ingredientes como la cebolla y el tomate se exponen a altas temperaturas, se produce la caramelización. Este proceso descompone los azúcares naturales de los alimentos, creando nuevos compuestos que intensifican su dulzura y profundidad de sabor.

Por otro lado, el queso y las carnes experimentan la famosa reacción de Maillard, nombrada en honor al químico Louis-Camille Maillard. Esta reacción ocurre cuando los azúcares y los aminoácidos interactúan bajo el calor, dando lugar a ese delicioso dorado crujiente en los bordes del queso y las carnes. Es en este momento cuando la pizza adquiere esa textura crujiente y ese sabor a tostado que la hace aún más apetitosa.

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¿Por qué la pizza fría también sabe bien?

Si alguna vez has disfrutado una porción de pizza fría al día siguiente, no estás solo. De hecho, la ciencia también tiene una explicación para ello. Según un artículo de BBC Science Focus, cuando la pizza se enfría en el frigorífico, la grasa del queso y el tomate interactúan de una manera que altera su perfil de sabor, haciendo que la pizza fría tenga un gusto más salado. Para muchos, esta combinación de sabores y texturas cambia de forma tan atractiva que convierte a la pizza de la mañana en un auténtico manjar.

Un recorrido por la historia de la pizza

La pizza tiene una historia tan rica como su sabor. Aunque se dice que el concepto de pizza ha existido en varias formas durante siglos, la versión moderna que conocemos y amamos se originó en Nápoles, Italia, en el siglo XVIII. En ese tiempo, la pizza era una comida barata destinada a los trabajadores, quienes necesitaban una comida económica y accesible.

La leyenda cuenta que en 1889, la reina Margarita de Saboya probó una pizza simple adornada con tomate, mozzarella y albahaca, y quedó tan encantada que el plato fue bautizado en su honor: Pizza Margarita. Este momento marcó el inicio del reconocimiento de la pizza como un platillo digno no solo de la clase trabajadora, sino también de la realeza.

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La expansión global de la pizza

A principios del siglo XX, la pizza comenzó su expansión internacional gracias a los emigrantes italianos que la llevaron consigo a países como Estados Unidos. En Norteamérica, la pizza evolucionó y dio lugar a estilos icónicos como la Chicago Deep Dish y la New York Thin Crust. Desde entonces, la pizza no ha dejado de adaptarse, y su popularidad sigue creciendo. Innovaciones como la pizza congelada y el auge de las cadenas de entrega a domicilio como Domino's han asegurado que esta delicia llegue a más personas en todo el mundo.

Ya sea caliente y recién salida del horno o fría y lista para el desayuno, la pizza sigue siendo una de las comidas más populares y versátiles, y ahora gracias a la ciencia, entendemos un poco más de por qué no podemos resistirnos a sus encantos.

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