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¿BMW podría irse de México ante el temor de los aranceles de Trump?
Si la administración estadounidense no aclara su política comercial, BMW y otras automotrices deberán decidir si continúan con sus operaciones en México o trasladan la producción a otros países.
FOTO: Aranceles en México.
La marca alemana BMW enfrenta un dilema en México. La imposición de aranceles del 25% a los autos importados desde el país, anunciada por el gobierno de Donald Trump, ha puesto en jaque la producción de modelos como el Serie 2 y Serie 3, ensamblados en la planta de San Luis Potosí.
Para evitar una escalada en los precios, la empresa ha decidido absorber los costos adicionales y mantener sus precios sin cambios, al menos hasta el 1 de mayo, según información de The Wall Street Journal. La estrategia busca mantener su competitividad en el mercado estadounidense, donde estos modelos representan el 12% de sus ventas.
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Los aranceles afectan a los autos que no cumplen con los requisitos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). En el caso de BMW, el coupé Serie 2 y el sedán Serie 3 no alcanzan el porcentaje mínimo de contenido regional exigido por el tratado, lo que los hace vulnerables al gravamen.
Sin embargo, la automotriz no ha trasladado el impacto a los clientes ni a los concesionarios. El objetivo es ganar tiempo mientras se evalúan opciones a futuro. Un portavoz de BMW adelantó que, si los aranceles se mantienen, la empresa tendrá que 'reevaluar la situación' y buscar alternativas, como ajustes en la producción o cambios en su estructura de costos.
El futuro de BMW en México es incierto. Aunque este año celebra 30 años de relación con el país con ediciones conmemorativas del M2, Serie 3 y X5, la incertidumbre arancelaria podría afectar su permanencia.
Demás marcas
Otras marcas como General Motors, Mazda, Nissan y Volkswagen también han sido golpeadas por la medida, pero no todas han anunciado estrategias similares para absorber los costos.
Si la administración estadounidense no aclara su política comercial, BMW y otras automotrices deberán decidir si continúan con sus operaciones en México o trasladan la producción a otros países. Lo que está claro es que el mercado automotriz de Estados Unidos enfrenta un reto que podría reconfigurar las estrategias globales de las marcas en los próximos meses."
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