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¿Qué santo se celebra hoy? Santoral del jueves 20 de marzo de 2025
El día de hoy se celebra a dos hombres quienes fueron santificados por la Santa Sede, pues demostraron su fe católica pese a la adversidades

FOTO: ¿Qué santo se celebra hoy? Santoral del jueves 20 de marzo de 2025
El Santo de hoy 20 de marzo celebra a dos hombres que defendieron su fe pese a las adversidades.
El santoral de este jueves 20 de marzo, según información oficial del Vaticano, es para conmemorar a San Juan Nepomuceno quien fue un sacerdote de Praga, y a San Juan quien fue un abad.
Historia de San Juan Nepomuceno, sacerdote y mártir de Praga
San Juan Nepomuceno fue un sacerdote y mártir checo que vivió en un periodo de tensiones entre la iglesia y el estado en Bohemia. Nacido en Nepomuk, en la actual República Checa, estudió Derecho Canónico en Padua.
En 1390, fue nombrado vicario general de la arquidiócesis de Praga, cargo que aceptó a regañadientes. En 1393, el rey Wenceslao IV de Bohemia, que estaba en conflicto con la iglesia, intentó hacer que el monasterio de Kladruby se convirtiera en una sede episcopal, un acto que violaba las leyes canónicas.
Juan se opuso firmemente a esta medida y, como resultado, fue arrestado y torturado. Aunque algunos de sus compañeros cedieron bajo la presión, Juan permaneció firme y se negó a traicionar sus principios.
Después, el rey ordenó que fuera arrojado al río Moldava, donde su cuerpo fue encontrado al día siguiente, envuelto en una luz milagrosa. Su muerte fue vista como un sacrificio.
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Historia de San Juan Abad
San Juan Abad fue un monje y abad originario de Spoleto, en Umbría, conocido por su vida de devoción y por fundar un monasterio en la región de Nocera Umbra, Italia.

Se dedicó a enseñar a los jóvenes monjes a través del silencio contemplativo y la oración, guiándolos a la perfección espiritual, además, su vida estuvo marcada por su profunda devoción a Dios Padre y su enfoque en la oración afectiva como medio de santificación.
Según una antigua leyenda, se cuenta que San Juan nació en Siria y huyó a Italia, pero que llegó en pleno invierno, cuando los árboles estaban desnudos de hojas y frutos.
Pero, que al acercarse a un peral seco, el árbol floreció de inmediato, produciendo frutos que alimentaron a todos los que pasaban por allí. Este milagro confirmó su santidad y la bendición de Dios sobre su vida.
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