Anuncia Hacienda nuevo aumento a la gasolina a partir del 1 de enero de 2026: ¿Cuánto costará?

Por años, el precio de la gasolina ha sido uno de los termómetros sociales y políticos más sensibles en México.

Cualquier movimiento, por pequeño que parezca, se refleja de inmediato en el bolsillo de millones de personas y en los costos de prácticamente toda la economía. Ahora, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) confirmó que a partir del 1 de enero de 2026 habrá un nuevo aumento al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) que se cobra a gasolinas y diésel, como parte del ajuste inflacionario anual previsto en la ley.

Aunque el gobierno federal subraya que no se trata de una decisión discrecional, sino de un mecanismo automático, el impacto será tangible para automovilistas, transportistas y empresas que dependen del combustible para operar.

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¿En cuánto sube el impuesto a la gasolina?

De acuerdo con la actualización publicada en el Diario Oficial de la Federación, las nuevas cuotas del IEPS quedarán de la siguiente manera:

Gasolina Magna (menos de 91 octanos):
Pasará de 6.45 a 6.70 pesos por litro.
Gasolina Premium (91 octanos o más):
Subirá de 5.45 a 5.65 pesos por litro.
Diésel:
Aumentará de 7.09 a 7.36 pesos por litro.

El ajuste responde a la variación de precios registrada durante 2025 y forma parte del esquema de actualización anual que busca evitar que la inflación "licúe" el valor real de los impuestos.

Estados también recibirán más recursos

El incremento no solo impacta al gobierno federal. También se actualizó el componente del IEPS que se destina a las entidades federativas, lo que significa mayores ingresos para los estados:

59 centavos por litro en gasolina Magna
72 centavos por litro en gasolina Premium
49 centavos por litro en diésel

Estos recursos suelen destinarse a gasto público local, aunque especialistas advierten que rara vez se perciben de manera directa en mejoras visibles para los ciudadanos.

Un impuesto que recauda miles de millones

Las cifras muestran por qué el IEPS a combustibles es una de las joyas de la recaudación fiscal en México.
Durante todo 2024, el gobierno obtuvo 403 mil 584 millones de pesos por este concepto.

Entre enero y octubre de 2025, la recaudación ya sumaba 364 mil 711 millones de pesos, lo que representa un incremento real anual de 10.5%.

En otras palabras, incluso antes de aplicar el nuevo ajuste de 2026, el impuesto a gasolinas y diésel ya mostraba una tendencia al alza, impulsada tanto por el consumo como por los mecanismos de actualización.

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¿Se reflejará de inmediato en el precio final?

Hacienda suele matizar estos anuncios señalando que el precio final al consumidor depende de varios factores: el costo internacional del petróleo, el tipo de cambio, los márgenes de distribución y, en ocasiones, los estímulos fiscales que el propio gobierno aplica para contener aumentos abruptos.

Sin embargo, analistas advierten que cuando el IEPS sube y no hay estímulos suficientes, el efecto termina trasladándose, total o parcialmente, al precio en las estaciones de servicio. Esto es especialmente delicado en un contexto donde el transporte de mercancías y el traslado diario de millones de trabajadores dependen del combustible.

El impacto invisible: inflación y cadena de precios

Más allá del tanque de gasolina, el aumento al IEPS tiene un efecto dominó. El diésel, por ejemplo, es clave para el transporte de alimentos, insumos industriales y productos básicos. Un incremento, aunque sea de centavos por litro, puede presionar los costos logísticos y, eventualmente, reflejarse en precios al consumidor.

Economistas señalan que este tipo de ajustes, aunque técnicamente justificados por la inflación, alimentan la percepción de carestía y pueden complicar el control inflacionario si no se acompañan de políticas de contención.

Ajuste legal, costo político

El gobierno insiste en que el aumento al IEPS no es un "gasolinazo", sino un ajuste previsto en la ley. No obstante, la experiencia demuestra que, para la ciudadanía, la explicación técnica importa menos que el resultado final: pagar más por llenar el tanque.

A partir del 1 de enero de 2026, el incremento será una realidad. La pregunta que queda en el aire es si habrá estímulos fiscales para amortiguarlo o si, una vez más, el ajuste inflacionario terminará convirtiéndose en un golpe directo al bolsillo de los mexicanos.