Seguridad | 06/28/2017 | Rodrigo Bonilla
Culiacán, Sin.- El excampeón mundial de boxeo, Julio César Chávez González, pidió perdón al gobernador de Baja California y al de Sinaloa por las declaraciones que hizo el pasado lunes durante el velorio de su hermano Rafael.
El César del Boxeo explicó que las declaraciones las hizo al calor del momento y que en ningún momento fue su intención ofender a Francisco “Kiko” Vega de la Madrid, gobernador de Baja California, o a Quirino Ordaz Coppel.
Manifestó que durante la preparación de su hijo Julio para su última pelea, agentes del FBI de Estados Unidos lo buscaron para informarle que un secuestrador que opera en Tijuana lo tenía en la mira a él y a su familia.
Ante dicha situación, Chávez González pidió a sus amistades para que informaran a las autoridades municipales y estatales para que se les brindara seguridad.
El error fue que dicha petición nunca llegó al alcalde de Tijuana o al gobernador.
De igual forma aclaró que en ningún momento ha pensado hacer justicia por su propia mano y que si es cierto que tiene toda clase de amigos, pero que no por eso va a actuar al margen de la ley.
Julio César Chávez expresó que se tienen avances en la investigación, que cuenta con todo el apoyo del Gobierno de Sinaloa y que serán las autoridades las encargadas de castigar a los responsables de haber asaltado y privado de la vida a su hermano Rafael.
Aseguró que una vez que sean detenidos buscará que sean castigados con todo el peso de la ley y que no sean liberados al poco tiempo, como muchas veces ocurre.