País-Mundo | 09/16/2017 | Notimex
Ciudad de México.- El pan de dulce mexicano tiene una tradición de más de 500 años y su variedad ha sido influenciada por la cultura gastronómica de distintos países de Europa.
Al fusionar lo mejor de dos culturas, el resultado final ha sido una rica variedad de platillos, con una variedad, sabor y originalidad.
La concha es una de las piezas de pan dulce con mayor tradición. Su nombre proviene de su parecido con un caparacho y suele estar cubierto de azúcar, ya sea con un toque de vainilla o chocolate.
Este pan era consumido en la Nueva España por criollos y españoles y fue hasta la Independencia que todo el pueblo tuvo acceso a él.
El llamado ojo de buey, es una mezcla de dos tipos de panes, al centro un tipo de bísquet y alrededor pan de hojaldre. Aunque su origen es meramente mexicano, se dice que su creador fue un cocinero chino, quien adaptó un bísquet original de Inglaterra.
La oreja, es un pan hojaldrado que tiene su origen en la panadería francesa y en un principio era exclusivo de las élites porfirianas aunque rápidamente se popularizo y hoy forma parte de los panes de mayor tradición en las mesas mexicanas.
Los nombres de algunos panes denotan siempre originalidad, como el beso que con mermelada, originalmente une a dos piezas de pan, cubiertos de mantequilla y espolvoreados de azúcar.
Mientras que el Garibaldi, es una creación reciente, original de una panadería del centro histórico de la Ciudad de México.
Su creación se dio en 1884 y casi de inmediato se popularizó, razón por la cual se puede encontrar en casi todas las panaderías.
El tradicional cuerno, es originario de Francia, donde el croissant fue creado para celebrar una victoria de guerra sobre los musulmanes.
A México llegó con la intervención francesa y adoptó su propia personalidad al pasar de un hojaldre salado a un pan esponjoso y dulce.
Una variedad del cuernito es el bigote, el cual suele ser más pequeño, del cual hay tres versiones: el tradicional cubierto de huevo para darle brillo, el cubierto de azúcar y la que se remonta a los originales croissants franceses que son los bigotes rellenos, por lo general de chocolate.
También está el cocol que es una muestra del arte gastronómico prehispánico. Antes de la llegada de los españoles los aztecas elaboraban el cocolli, un tipo de tortilla.
Los conquistadores cambiaron el maíz por trigo y agregaron anís y canela.
Mientras que el puerquito es un pan endulzado con piloncillo. Algunas veces se presenta suave y otras crocante como una galleta. Está inspirado en el tradicional pan de jengibre originario de Inglaterra.