Seguridad | 01/01/2018 | Fernanda García
Culiacán, Sin.- Apenas eran las 11:30 de la noche del 31 de diciembre cuando los estruendos de los balazos no se hicieron esperar y es que en esta ocasión ni siquiera quienes gozan de celebrar con disparos al aire esperaron a las 12:00 a que llegara el 2018.
Como si las autoridades hubieran hecho el llamado a las paredes y no a los ciudadanos, las balaceras por doquier se escuchaban por toda la capital y no hubo sector que se escapara de ellas, incluso, aunque ya más aisladas, las lluvias de balas se prolongaron hasta pasadas las 7:00 horas de este primero de enero.
Presas del temor, la incertidumbre y el horror, las familias, que deberían de estar disfrutando de la velada, buscaban resguardarse en un lugar seguro, viendo con ello opacado hasta el abrazo con el que de depositan los mejores deseos para un ciclo renovado.
Para el defensor de los derechos humanos, Óscar Loza Ochoa, es preocupante que el gobierno haya perdido totalmente el control sobre quienes tienen su peculiar forma de recibir el año, además de que considera que ni la promesa de que el Ejército podría hacer frente a dicha situación, se cumplió.
"Con todas las incredulidades que uno maneja no deja de tener una esperanza de que las autoridades van a tener un mejor control en la ciudad y sobre todo en un día tan importante como es el último de un año y todo lo que nos han dicho de que los civiles no podían y los militares sí, pero ahora resulta que ni con unos ni con otros podemos dejar de escuchar esas serenatas de balazos", expresó.
Y es que además del miedo sembrado en la ciudadanía, las redes sociales fueron testigo de los daños materiales ocasionados en vehículos por las balas pérdidas, las cuales dejaron, según el reporte preliminar de las agencias del Ministerio Público, 3 personas heridas.