País-Mundo | 01/08/2018 | Notimex
Ciudad de México.- Ante la alta incidencia de personas que presentan pie diabético y en general heridas que no cicatrizan rápido, la larvaterapia se ha adoptado como un método con una efectividad de 85 a 100 por ciento, toda vez que no daña al paciente y se reducen tiempos y costos por ser una técnica ambulatoria.
Así lo señaló José Contreras Ruiz, jefe de la sección de Clínica de Heridas y Estomas de la división de Dermatología del Hospital General "Manuel Gea González", quien indicó que 20 por ciento de las consultas en este nosocomio es por pie diabético, lo que implica la intervención de varios especialistas para un tratamiento integral, donde dicha técnica es clave para la cicatrización.
"El pie diabético tiene un componente vascular, infeccioso, de tejido dañado o muerto y en control de la glucosa. Por lo que el manejo interdisciplinario es indispensable e implica tener control del nivel de azúcar en la sangre del paciente. Un infectólogo debe realizar la revisión y análisis de las bacterias de la herida para que las larvas se coman todo lo podrido y contrarresten el daño que causan las bacterias”, explicó.
El especialista dijo que hay casos donde los pacientes llegan con una herida infectada avanzada o con gran cantidad de pus y de tejido muerto que las larvas no alcanzan a comer, porque la infección avanza más rápido, por lo que estos casos requerirán de un manejo quirúrgico antes de usar las larvas.
Enfatizó que la larvaterapia es una técnica de limpieza de las heridas que presentan tejido muerto, basado en el uso de larvas de grado médico de la mosca "lucilia sericata", producidas de manera estéril o para uso quirúrgico en un laboratorio especializado.
Esta larva, conforme se mueve dentro de la herida, va desprendiendo el tejido muerto y las enzimas proteolíticas que libera van licuándolo para hacerlo más fácil de eliminar. Al ser tan selectivas no dañan el tejido bueno.
La técnica también está indicada en heridas de muchos tipos, como son las úlceras venosas o varicosas, úlceras por presión o escaras del encamado, en heridas quirúrgicas (que no han cicatrizado) o en cualquier herida crónica donde exista material muerto.
El experto sostuvo que este hospital ha sido el primero en Latinoamérica en utilizar larvas para el manejo de heridas en pacientes. Técnica que cayó en desuso con la aparición de antibióticos y métodos quirúrgicos, pero ahora se ha convertido en una terapia económica y estandarizada en todo el mundo, incluso está aprobada por la FDA (Food and Drug Administration) de los Estados Unidos para el desbridamiento de las heridas.