Sinaloa | 05/03/2018 | Manuel Aceves
Culiacán, Sin.- La mañana de este jueves, con las tradicionales “Mañanitas” entonadas con música de viento, los devotos de Jesús Malverde, dieron inicio a los festejos dedicados al "Bandido Generoso".
Desde muy temprano visitantes nacionales e internacionales se dieron cita en la emblemática capilla ubicada a un costado de la estación del Ferrocarril en Culiacán, esto a pocos metros de la Avenida Insurgentes.
Encendieron veladoras, ofrendaron fotografías, algunos regalos simbólicos como imágenes talladas en madera, cadenas de oro, y también aprovecharon para agradecer algunos favores concedidos.
Aunque no se trata de un santo reconocido por la Iglesia Católica, el culto a éste ha crecido tanto que incluso en Japón se ha vuelto popular, así lo reveló una pareja que vino desde el país del sol naciente a fin de sumarse al festejo.
El asiático O Chan Ga, dijo que es la tercera vez que visita la capilla del bandido generoso ya que desde hace cuatro años se volvió un férreo devoto a raíz de las historias que conocidos japoneses le contaron.
En el sur de México, la devoción pues quienes vienen desde Michoacán, Oaxaca, Veracruz o Ciudad de México, dicen haber atestiguado milagros como la recuperación de pacientes enfermos e incuso, la concepción de embarazos, tal y como lo narra la señora Elizabeth.
“Yo lo conocí por medio de mi esposo, él empezó con la devoción hacía Malverde, por medio de él yo fui haciéndome devota, hasta en una ocasión que le pedí y no me lo vas a creer pero fue así como casi por arte de magia, ya de ahí fue que empecé a creer más en él, el milagro más importante y que siempre le pedí fue mi bebé, y a parte en el trabajo, que nos cuide y que nos proteja”.
Como es tradición, el busto de Malverde fue sacado de su capilla para ser paseado en caravana por los alrededores de su capilla, ello como parte de la veneración.
Actualmente hay quienes también le llaman el santo protector de los narcos, ya son muchos los seguidores de este personaje en el mundo criminal.
“Me ayudó con una chambita”, comentan discretamente unos hombres de lentes y gorra quienes se apartan del tumulto para no ser captados por las cámaras. Su forma de rendirle culto al santo es más prudente, se retiran casi sin que nadie lo note a bordo de camionetas lujosas, no sin antes dejar enormes ofrendas florales con claves o apodos que apenas ellos entienden.