Escapó por la alcantarilla pero fue detenido por un federal

Seguridad | 01/08/2019 09:30:00 p. m. | Ernesto Torres

El elemento adscrito a la Policía Federal rechazó 50 millones de dólares a quien era el capo más buscado.

Los Mochis, Sin.- “Le ofrezco dos o tres empresas de aquí de Sinaloa; es más, le dejo 50 millones de dólares, para no vuelva a trabajar nunca en su vida”, dijo Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, al elemento de la Policía Federal adscrito a la Estación Los Mochis, quien lo había detectado cuando intentaba huir en el vehículo, que habían robado junto a Orso Iván Gastélum, “El Cholo Iván”.


Esa mañana, el 8 de enero del 2016, cuando comenzó el tiroteo, “El Chapo” estaba encerrado en una casa de seguridad, ubicada en el cruce de la calle Río Quelite y bulevar Jiquilpan, del fraccionamiento Las Palmas en Los Mochis, Sinaloa.


Ahí rodeado, de guardaespaldas, Guzmán Loera, conocido por su afición a los túneles para escape y tráfico, escapó por una puerta secreta detrás de un espejo, dentro de un clóset de una habitación en planta baja, que conectaba con el sistema pluvial de la ciudad. 


Al salir de la alcantarilla en el cruce de Jiquilpan y Antonio Rosales, robaron un primer vehículo color blanco, en el que intentaron huir y después despojaron otro, un Ford Focus, color rojo, mismo que fue reportado como despojado con violencia; iniciando así el operativo de búsqueda.

El hecho causó cambios en la vida no solo para el capo más buscado del mundo, sino para “El Tiburón”, el agente de la PF que rechazó los 50 millones de dólares y que según la Policía Federal, no dudo en detener a “El Chapo”, pese a su insistencia de que lo dejara huir y le daría empresas o dinero, al mismo tiempo que lamentaba que no se valía...“Comandante, no se vale. Tanto huir y tanto dinero para que usted venga y me entregue. No se vale”, insistía Guzmán Loera.


El miedo invadía a El Tiburón, quien mientras escuchaba el intento de soborno del entonces capo más buscado, y le pedía que lo llevara a Juan José Ríos, una sindicatura de Guasave al sur de Los Mochis... “Lléveme a Che Ríos. Ahí está mi gente, ahí nos van a apoyar”, entonces; lo esposó y lo subió a la patrulla, al mismo tiempo que pedía a su compañero que esposara al “Cholo Ivan”. Después los llevaron a la habitación 51 del motel Doux.

Fue el operativo “Cisne Negro”, más impresionante registrado en la ciudad de Los Mochis, era la última guarida “El Chapo”, en donde quedaron abatidos cinco de los escoltas del líder del Cártel de Sinaloa, que defendieron la huida de su jefe, inmueble que fue asegurado y donde localizaron un arsenal. 

Después el movimiento policíacos, era en la carretera Mochis-Navojoa misma que estaba sitiada por Elementos de la Marina Armada de México, en coordinación con agentes de la DEA, quienes llevaron a cabo, uno de los operativos más impresionantes registrados en Sinaloa.

Y es que, el operativo tenía como objetivo capturar a Orso Iván Gastélum, alias El Cholo, jefe de seguridad de El Chapo Guzmán, pero que para sorpresa de todos, custodiaba a su jefe, líder del Cártel de Sinaloa, ya que incluso, en su momento el entonces Presidente de México, Enrique Peña Nieto, presumió en su cuenta de twitter: “Misión cumplida: lo tenemos. Quiero informar a los mexicanos que Joaquín Guzmán Loera ha sido detenido”, hoy a tres años del la detención de “El Chapo”, se sabe, que no se debió gracias al operativo, sino a que por casualidad Guzmán Loera, cruzó en el vehículo con reporte, frente a un agente de la Policía Federal, que resistió un “cañonazo” de 50 millones de dólares o de tres empresas en Sinaloa.

Este 8 de enero, se cumplen tres años del intento de fuga de “El Chapo” Guzmán y “El Cholo” Iván, pero también el alto a una intensa e imparable búsqueda, luego de que en dos ocasiones se había fugado: la primera del penal de Puente Grande en Jalisco, el 19 de enero del 2001, cuando apenas iniciaba el sexenio del panista Vicente Fox; y la segunda el 11 de julio del 2015, del penal de máxima seguridad de El Altiplano, a través de un túnel de un kilómetro de largo.

Actualmente, Guzmán Loera, enfrenta un juicio en un proceso por tráfico de drogas en Estados Unidos luego de ser extraditado; juicio que también a desatado una serie de especulaciones en el actuar de los gobernantes de México y Sinaloa, por su presunta relación y protección.






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