País-Mundo | 03/19/2019 03:35:00 p. m. | Notimex
Ciudad de México.- Alonso Fernández-Guasti, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), afirmó que la primavera en general es una temporada en la que mejora el estado de ánimo, sobre todo de aquellas personas que padecen trastornos afectivos emocionales.
Además, por efecto de la temperatura, se promueven las relaciones sexuales, agregó en entrevista con Notimex el investigador del Departamento de Farmacología.
Señaló que la evidencia más contundente de que los seres humanos están sujetos a los cambios de luz y temperatura en el estado de ánimo, es justo el incremento en trastornos depresivos relacionados con las subestaciones que generalmente ocurren a finales del otoño y a principios del invierno.
Es decir, es ahí cuando una buena cantidad de personas se deprime y supera este trastorno en primavera o verano, cuando aumenta la temperatura o la cantidad de luz.
El experto mencionó que hay solamente dos claras evidencias biológicas que sufre la población con la entrada de la primavera. Lo primero es la producción de melatonina, hormona que secreta la glándula pineal; el cerebro detecta la cantidad de luz que hay en el medio ambiente.
“Justo esa hormona es muy importante porque, no en los seres humanos, sino en otros animales que tienen una reproducción estacional, les indica cuándo hay que procrear para que el nacimiento de las crías ocurra cuando hace más calor y hay más alimento disponible”, comentó.
Por ejemplo, para un oso polar, un alce o un animal que vive muy cerca de los polos en el ártico, no tiene sentido dar luz a crías cuando empieza lo más frío del año, porque éstas morirán y seguramente también la madre.
Esos animales tienen una reproducción estacional que está regulada por la melatonina. En el ser humano, puntualizó, no hay una relación directa entre melatonina y reproducción.
Destacó que muchos especialistas han sugerido que estos cambios en melatonina, esta disminución, promueve la producción de oxitocinas, serotonina u otras hormonas que están relacionadas con el placer, la motivación, y el estado de ánimo, e incluso lo han relacionado con el amor. Pero son solamente especulaciones.
Así, la primera evidencia sólida, desde el punto de vista biológico, es la melatonina y la segunda es la producción de feromonas, que se da en mayor número cuando la temperatura es más alta.
Fernández-Guasti manifestó que, en general, las feromonas se liberan a través del sudor. Entonces, los hombres y las mujeres naturalmente cuando hace más calor, tienen mayor producción de sudor y en esa medida más liberación de feromonas al medio.
“Aunque no las podemos detectar de manera consciente, yo no puedo detectar el olor de una feromona que me produzca excitación sexual directamente, está demostrado que estas hormonas producen excitación sexual, y ese es su fin”, comentó.
Indicó que mientras más feromonas haya por efecto del calor, que hace sudar más, los individuos entran en mayor excitación sexual, a través de ese mecanismo.
Apuntó que la tercera, relacionada con la primavera, ya no es un asunto biológico sino un efecto social, ya que cuando hace más calor, se pasa más tiempo fuera de casa. “Estos son los tres factores hasta ahora bien demostrados que indican por qué cambia nuestra fisiología o nuestra conducta, o ambas, cuando hace más calor.
Fernández Guasti dio a conocer que, por otra parte, existe un fenómeno conocido como “astenia primaveral”, hay personas que lejos de estar entusiasmadas y de mejor humor, se ponen tristes y, de hecho, se deprimen en primavera.
Existen dos posibles hipótesis para explicar esa depresión, una de carácter biológico y otra social. La primera está todavía un poco confusa, pero parecería que pudiera estar relacionada con las alergias, por ejemplo al polen.
La social es que las personas salen más y, en esa medida, se dan cuenta de que hay otros que están felices y acompañados, viven en pareja, y tienen hijos. Estas personas, en general solas, se deprimen más en primavera.
Esto ocurre principalmente en países que tienen cambios climáticos muy importantes, como en Europa, principalmente en el norte, y en Canadá, así como en Rusia.