Sinaloa | 05/07/2019 11:50:00 a. m. | Kevin Chicuate
Culiacán, Sin.- La mañana de hoy, la base militar de El Sauz en Costa Rica, abrió sus puertas a un pequeño joven movido por la ilusión de portar el uniforme camuflado de la Policía Militar.
Es la historia de Jorge Alfonso Arbizu Torres, un joven con retraso psicomotor y de lenguaje, que desde los dos años de edad presentó esas secuelas debido a la meningitis.
Este programa, denominado "Soldado por un Día", fue llevado a cabo por la Tercera Brigada de la Policía Militar de la Secretaría de la Defensa Nacional, quienes cumplieron el sueño del “Soldado Arbizu”, de portar el uniforme y conocer las instalaciones de la ciudad militar.
Desde muy temprano, junto con su abuela y tutora, Aída Zazueta Torres, partieron de la comunidad de Sánchez Celis, perteneciente a la sindicatura de Eldorado, para presentarse, como buen soldado, a tiempo para la ceremonia donde se presentó ante las tropas, ataviado con su uniforme, el cual tenía su apellido bordado, exactamente igual como todos los militares asistentes, y donde además se le condecoró con una boina.
Ahí, el nuevo soldado, conoció y se familiarizó con las diversas actividades con las que trabaja el Ejército para la protección de la ciudadanía y el combate contra la delincuencia organizada.
También participó en la aplicación de los protocolos de primeros auxilios otorgado por el equipo de paramédicos militares.
Asimismo, disfrutó de una demostración del entrenamiento de los caninos, los cuales asombraron a chicos y grandes con su destreza.
Por su parte, entrevistada al final del recorrido por las instalaciones militares, la señora Aída Zazueta, narró como había sido el proceso para lograr que su nieto Jorge, participara en el programa de "Soldado por un Día".
“Él (niño) preguntó (a un militar) ¿cómo puedo ser soldado como tú? Entonces le dijo el soldado que se acercara a la base de El Sauz y ahí pregunta quién te puede atender, te puedes hacer soldado honorario”, dijo la orgullosa abuela.
Agregó que después de esa charla, se acercó a las instalaciones y emprendió el proceso, el cual le llevó cerca de un mes y medio, pero valió la pena la espera sólo por ver a su pequeño muchacho, cumplir la ilusión de ser un soldado al servicio de la patria.