Sinaloa | 08/24/2019 10:33:00 a. m. | Manuel Aceves
Culiacán, Sin.- María Isabel Cruz Bernal no es un personaje de ficción aunque poco le faltó para serlo, su estampa se distingue en medio de una mancha de polvo, con sus pantalones de tela gruesa estilo policía, unas botas tácticas y su característica sudadera gris. A su lado, casi siempre se encuentra su fiel compañera de batallas Rosa: Rosa Neriz.
A ellas no les importa quedarse sin uñas o llenárselas de tierra mientras escarban con las manos si es necesario, son conscientes de sus callosidades y saben que éstas son una especie de cubierta para ser más resistentes. Algo así como una alegoría de la postura que han tenido que adoptar en su vida para no caerse.
Sujetan firme la pala y de vez en cuando secan el sudor de su frente para que nuevas gotas sigan fluyendo en un clima adverso que cala en medio de la nada, a veces en el rayo del sol, a veces en la lluvia pero no se detienen.
Aunque este colectivo de búsqueda de personas desaparecidas no cuenta con el apoyo del gobierno, realiza más de 4 pesquisas al mes y desde el 2017, han encontrado entre 28 y 30 cuerpos y más de 10 mil fragmentos y restos.
El último hallazgo fue el de dos jóvenes decapitadas y aunque la simple descripción suene cruenta, ellas buscan darle dignidad y siguen buscando hasta lograr tener sus cuerpos completos.
Han visto el horror de cerca y una “radiografía” de lo que puede producir la maldad humana, el resultado de mentes torcidas que se esconden en la clandestinidad.
A pesar de la adversidad, María Isabel Cruz Bernal tiene un motivo fuerte para seguir adelante y lo lleva tatuado tanto en la piel y en el corazón, se trata de su hijo Yosimar, un ex policía municipal de la capital sinaloense que fue privado de la libertad a principios de 2017, cuando Culiacán era escenario de una guerra intestina entre grupos criminales que peleaban el control de la plaza. A dos años de ausencia lo sigue buscando y asegura que él es el responsable de esta misión que nunca pensó asumir.
“Pasé de llevar una vida normal a ser activista, a ser defensora, yo pienso que esta no es mi misión, esta era la misión de Yosimar, porque si él no hubiera desaparecido Sabuesos ni existiera, yo creo que esta lucha que hemos llevado en 2 años, ha provocado una revolución fuerte, Yosimar, es el que pastorea este movimiento, es quien habla a través de mí, es su misión. Hasta que lo encuentre, yo creo que hasta ahí terminará la misión”, refiere Isabel.
“El dolor físico o enfermedades me los quito cuando voy a las búsquedas, me lo quito porque ando buscando a Yosimar, ando rascando la tierra como perro, si soy una perra para buscar a mi hijo lo voy a encontrar, algún día lo voy a encontrar y no me ofende que me digan perro, ellos son el mayor tesoro de la humanidad, puedes pegarles y ahí van a estar contigo”, mencionó.
En Sinaloa se registran alrededor de 3 mil 500 personas desaparecidas desde el 2010 a la fecha, pero el colectivo Sabuesos Guerreras que encabeza María Isabel tiene otros datos: ellas mencionan que en realidad serían un aproximado de 9 mil personas las que nunca más volvieron a sus hogares; 9 mil mujeres y hombres que fueron víctimas de la violencia encarnizada; 9 mil cuerpos que aún esperan ser encontrados; 9 mil oraciones.
“Para las autoridades pareciera que esas personas que se encuentran en fosas clandestinas, ellas solas se mataron, ellas solas se pegaron el balazo y se enterraron, porque no los toman en cuenta como parte de los números de la violencia”, expresa Cruz Bernal con rabia ante el contexto que le tocó vivir, ese que le arrebató a su hijo.
De acuerdo a datos aportados por autoridades en Sinaloa desaparecen entre 3 y 4 personas al día, es decir, alrededor de mil 400 al año, haciendo un cálculo simple siguiendo estos patrones, el resultado arroja un total de 12 mil 600 privaciones de la libertad en 9 años.
Otro de los graves problemas que describen es la doble desaparición pues aunque los colectivos de búsqueda rescaten los cuerpos desde las entrañas de la tierra, éstos terminan en la fosa común ante la falta de identificación. El limbo de la burocracia hace de las suyas y el tiempo sigue corriendo sin resultados. Cruz Bernal señala que la máquina para el análisis de muestras forenses que posee la Fiscalía General del Estado se encuentra descompuesta, con lo que la comparación del ADN se está realizando de forma manual, prolongando por mucho el tiempo de resultados.
Han perdido la fe en las autoridades pero nunca la esperanza, siguen firmes aunque en ocasiones se desploman, lloran, ríen y cantan para darse aliento, rescatan los cuerpos de personas desconocidas y le devuelven la esperanza a quienes perdieron una parte de su vida.