País-Mundo | 12/10/2019 11:11:00 a. m. | Notimex
Ciudad de México.- El 50 por ciento de los pacientes con enfermedades en la piel tiene algún síntoma de depresión o ansiedad, señaló la presidenta de la Academia Mexicana de Dermatología, Linda García Hidalgo.
En entrevista con Notimex, la doctora explicó que si bien, hasta el momento el tema psicológico en las enfermedades dermatológicas no ha sido muy estudiado, la Academia Mexicana de Dermatología ha comprobado a través de estudios psicológicos aplicados aleatoriamente a pacientes, que una de cada dos personas sufre alguno de dichos trastornos.
Una de las enfermedades dermatológicas que afectan en gran medida la calidad de vida de las personas es la dermatitis atópica, ya que entre el 50 y 70 por ciento de los pacientes tienen consecuencias físicas y emocionales.
Los síntomas principales de la dermatitis atópica, padecimiento que afecta actualmente a más de 12 millones de personas en México, son el enrojecimiento y la resequedad en la piel que pueden provocar comezón y a su vez, debido al rascado, salpullido o costras.
La especialista en dermatología explicó que el 86 por ciento de los pacientes tienen comezón a diario y dolor, y casi la mitad de los pacientes no logran conciliar el sueño, por lo que presentan un aumento en la disfunción psicosocial.
Hasta 47 por ciento de los pacientes, detalló García Hidalgo, llegan a presentar frustración, 39 por ciento se sienten avergonzados y 35 por ciento sienten enojo por el hecho de padecer dicha enfermedad.
“Este aumento en la disfunción psicosocial provoca sentimientos de vergüenza y baja confianza en sí mismos, lo que conlleva a problemas en las relaciones interpersonales; primero porque la gente cree que tienes algo infeccioso, y, por otro lado, no toleras que nadie te toque por la piel tan dañada”, señaló.
El deterioro en la calidad de vida, refirió, va a afectar mayor afección en la salud mental, que puede ser comparable incluso con la que causa la diabetes o la hipertensión, y cuando está es de moderada a grave, aumenta el doble de la ansiedad y la depresión.