Deportes | 03/17/2020 09:12:00 a. m. | Mario García Madrid
Culiacán, Sin.- Con 27 años de edad, un 17 de marzo de 1990, en la MGM Grand Arena de Las Vegas, Nevada, Julio César Chávez está agotado después de los peores 11 episodios que le ha tocado disputar tras 68 peleas como profesional.
Sus golpes ya no tienen potencia, los pies se le mueven de forma automatizada y sólo desea que concluya todo. Meldrick Taylor, con 23 años, y el boxeador más temido junto a la leyenda mexicana, se mueve como rayo, lo hace sufrir lo que nunca dentro de un cuadrilátero.
"¡Hazlo por tu madre, por tu familia, por México!", grita el entrenador español José "Búfalo" Marín a Chávez, en uno de los momentos cruciales del combate, disponible en la plataforma YouTube.
De repente, a 24 segundos para que acabe el round 12, tras una pequeña combinación de golpes, encuentra lo que tanto buscó. Contempla el rostro descubierto del estadounidense y le atesta un potente derechazo que le abre la puerta al triunfo en la que recordará, por el resto de su vida, como las pelea "más difícil y sufrida" de su carrera.
Taylor está fuera de sí y se lanza al ataque ya sin una noción clara de lo que busca. Chávez suelta un gancho al hígado, se aleja cuatro pasos y se refugia en las cuerdas para descargar el poco poder que le queda hasta conectar un martillazo con la diestra que manda a la lona a Taylor. "!1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9!"... El réferi, Richard Steele, ya no sigue la cuenta a falta de 16 segundos para que acabe el round, a pesar de que Taylor se levanta. Lo ve con la mirada perdida, con el rostro ensangrentado y da como vencedor al mexicano, que lo único que hace es irse a su esquina a punto de desfallecer para refugiarse en los brazos de su hermano Rodolfo y de José "Búfalo" Martín, su entrenador.
Chávez retiene el título del Consejo Mundial del Boxeo en el peso superligero, además de que retira a Taylor el cetro de la Federación Internacional de Boxeo en la misma división, y un invicto de 24 combates.
La celebración queda para otra ocasión. El campeón unificado sólo quiere irse a descansar lo más lejos posible de ese infierno que fue esa noche.
“Sólo le dije a mi hermano Rodolfo que me sacara, que quería irme del ring, fue la pelea más dura de mi vida, tuve miedo y dolor. La gente quería verme pero yo solo quería esconderme en el vestidor y alejarme de todo”, reveló Chávez a ESPN, 30 años después de dicho combate.
“Fue la pelea más importante, difícil y dura de mi carrera porque me enfrenté a un campeón olímpico y campeón mundial invicto que supuestamente era el sucesor de Sugar Ray Leonard, pero no pudo ser porque lo noqueé", sentenciaría.
Un combate que hoy en día rompería récords en bolsa. En aquella época Chávez sumó 1.4 millones de dólares a su cuenta bancaria, mientras que Taylor se embolsa 1 millón. Don King, el extrafalario promotor, lleva muchos verdes más a sus arcas y es el más feliz entre todos los protagonistas, porque sabe que habrá revancha, la cual será tres años más tarde, esta vez con un triunfo contundente de la leyenda mexicana, poniendo fin a una carrera de Taylor que ya no fue el mismo desde aquel primer combate, sufriendo las secuelas hasta el final de su carrera.