Sinaloa | 05/15/2020 11:17:00 a. m. | Manuel Aceves
Culiacán, Sin.- El 15 de mayo de 2017, el asesinato de Javier Valdez conmocionó a la sociedad y sacudió al gremio periodístico.
Los colectivos sintieron la orfandad de una pluma que siempre les dio voz. Estaban molestos, irritados.
Un día después, la mañana del martes 16 de mayo, un numeroso grupo de ciudadanos y comunicadores, partió desde la escena del crimen y marchó hasta el Palacio de Gobierno.
Eran cientos, llevaban pancartas y exigían justicia. La reclamaban al Estado el empoderamiento de los grupos criminales y la falta de garantías al gremio periodístico, uno a uno se lo reclamó al gobernador en auditorio del recinto estatal.
La voz de Miriam Ramírez, compañera de Javier en RioDoce, “cimbró” el auditorio ese día.
“¿Sabe usted cuantas víctimas inocentes van desde que inició su Gobierno?: nosotros sí sabemos y nosotros es lo que estamos haciendo, estamos diciendo cuánta gente inocente están acribillando ahí afuera, y por eso nos están matando y por eso mataron a Javier, ¿porque no puedo irme a mi casa tranquila y en paz? ¿porque tengo que vivir con miedo?
El Gobierno de Quirino Ordaz de apenas 5 meses en aquel entonces, atravesaba una crisis de seguridad propiciada por varios factores: de acuerdo a las autoridades de Seguridad Pública del Estado, éstas heredaron una Secretaría de Seguridad Pública “desmantelada”, faltaban patrullas, faltaban policías y los ojos de la ciudad: las videocámaras eran prácticamente adornos obsoletos de una urbe ciega.
Aunado a lo anterior, la zona centro era el escenario de una cruenta guerra entre grupos delictivos que llegaron a generar hasta 30 muertos en un fin de semana.
Ordaz Coppel, reconoció el problema e hizo compromisos con el gremio periodístico.
“Vamos juntos, esta es una tarea junta, la tenemos que asumir, ustedes están aquí y yo estoy aquí. Y estoy aquí porque doy la cara y no me escondo ante nadie, porque estoy igual de indignado que ustedes y tengo el mismo dolor que ustedes, entonces aquí estoy, dando la cara y no estoy escondido en mi oficina , porque siento, veo y vivo, soy un hombre bien, me interesa hacer las cosas bien y a ustedes también, hagamoslo bien”, dijo el mandatario en aquel entonces.
A partir de ese momento se formaron comisiones especiales, se reforzó la seguridad en Sinaloa, posteriormente el caso fue turnado a instancias federales donde la justicia no termina de llegar para Javier Valdez.