Sinaloa | 09/15/2020 02:57:00 p. m. | Manuel Aceves
Culiacán, Sin.- Sometidas, esposadas e incomunicadas, así es como tres feministas fueron transportadas en la caja de una patrulla municipal, luego de ser detenidas cuando pretendían manifestarse en el Ayuntamiento de Culiacán.
Priscila Rebeca Salas Espinoza, de la colectiva feminista “No se metan con nuestras hijas”, relató a Luz Noticias, que esa mañana — jueves 10 de septiembre— ella y sus compañeras decidieron no realizar la manifestación y regresar a sus domicilios, sin embargo, no les fue posible al ser detenidas.
Una vez en la patrulla, detalló que fueron tratadas como criminales aun cuando no cometieron ningún delito.
“Íbamos caminando rumbo a nuestros autos porque habíamos abortado la manifestación, nos detienen, pues obviamente nunca ellos nos dicen nuestros derechos, nunca nos dicen porque nos están deteniendo, nunca se identifican, entonces como no había una falta pues no nos podían detener en flagrancia, ¿por qué?, porque ellos nos pueden acusar de cualquier cosa, no hicimos nada”, expuso para luego añadir:
“Nos llevaron por calles oscuras para intimidarnos, a mí me jalonearon, me quitaron el celular a la fuerza, a Heydi se le cayeron los lentes cuando estábamos en la patrulla, estábamos esposadas a los tubos de la patrulla, se le cayeron los lentes y la oficial le puso la bota encima del hombre de ella y de Lety para impedir que ella juntara los lentes”.
Salas Espinoza consideró que los oficiales, además de intimidarlas pusieron en riesgo su vida, ya que tras llevarlas por varias calles oscuras, aceleraron la velocidad para llegar más rápido al Tribunal de Barandilla.
“Yo creo que para compensar el tiempo del paseo, iba a más de 150, a nosotras nos dio mucho miedo, las plebes se agarraron de los tubos, cualquier accidente lo que muy probablemente hubiera pasado es que uno de los brazos de nosotras se hubiera quedado esposado en la patrulla”, expuso.
Dijo que solicitó un encuentro con autoridades municipales, sin embargo, el Secretario de Presidencia les exigió que solicitaran una reunión por escrito, lo que consideró como una muestra más de la burocracia y falta de interés por atender la inconformidad en materia de derechos humanos.