Sinaloa | 03/15/2021 10:53:00 a. m. | Manuel Aceves
Culiacán, Sin.- Sandy Ríos es una joven madre soltera que ha hecho hasta lo imposible para que el alimento nunca falte en su hogar. Todo: hasta convertirse en trabajadora sexual.
Aunque hace tiempo dejó esa actividad, asegura que la falta de oportunidades laborales y la necesidad económica fueron los factores que la llevaron por ese camino.
Entrevistada por Luz Noticias, relató que en 2014 trabajaba como ayudante de mesero en un restaurante bar, donde ganaba 60 pesos al día en una jornada que arrancaba desde las 5:00 de la tarde y se extendía a las 4:00 de la mañana.
Confesó que, en aquel entonces tuvo, que hacer a un lado sus ideales y portarse coqueta con los clientes para que la propina valiera la pena, su hija la esperaba en casa y eran muchas las necesidades.
“Es como que acercarte un poquito más al cliente, a los consumidores, te vas acercando, te vas acercando y obviamente no contratan a cualquiera, yo en ese tiempo estaba más jovencita, tenía buen cuerpo; yo no me salía porque me iba bien, le coqueteaba a los clientes y me estaba ganando como 200 o 300 pesos de propina por día”, explicó.
Un día, uno de los capitanes de meseros le propuso a ella y a otras jovencitas trabajar en fiestas particulares, primero fueron infantiles y después las invitó a otras donde había “hombres importantes”.
“Miré una fiesta que era en una Hacienda con alberca y un montón de comida, de Buchanan's, por ese evento me pagaron 2 mil pesos, a partir de ahí, los eventos a los que nos llevaba comenzaron a subir mucho de tono, como sabes que es gente buchonsilla, no te pones a negarles cosas... iban, nos buscaban, medio nos manoseaban, pero siempre te daban algo, a partir de ahí te empiezan a hacer cierta fama, dicen: a esta morra dale tanto y te suelta, es poco a poco como vas entrando en esto, yo a partir de ahí comencé a trabajar mucho en antros o en table dance, como mesera”.
“Pero ya que estás en esos ambientes, pues los que no pagan a una bailarina, porque obviamente tienen sus tarifas y sus costos ciertamente elevados, es como que te vas con la mesera a quien le ofreces a lo mejor la mitad de lo que le ofreces a la bailarina”, explicó.
Sandy lamenta que las personas que se dedican a estas actividades sean señaladas y juzgadas por la sociedad, pues dijo que en la mayoría de los casos no tienen otras alternativas para poder salir adelante.
“Y no es como que a una le fascine y le encante estar ahí, pero es que es la necesidad, me hablan de un trabajo digno, obviamente no es como que yo estuviera encantada con esa elección, pero era lo que más se acomodaba a mí, porque nadie me iba a ayudar, hasta la fecha, todas esas morras que dicen que el trabajo digno, son morras que no me van a ayudar tampoco; es verdad, ninguna morra quiere acudir al trabajo sexual como primera opción, pero tampoco ninguna morra tiene contemplado irse a trabajar a un supermercado 10 horas como primera opción”, asentó.
Sandy considera que urgen políticas públicas que permitan a las y los jóvenes acceder a empleos mejor pagados y que obliguen a las empresas a respetar sus derechos, ya que muchas los pasan por alto provocando que estos sean reclutados o por el narcotráfico o por proxenetas.