Sinaloa | 12/09/2021 06:00:00 p. m. | Dilan Gómez
El Estero del Yugo es una zona natural que pertenece al CIAD, el cual se encarga de protegerlo y velar por la supervivencia del ecosistema y de las decenas de especies que viven ahí.
Se pudieran contabilizar hasta 90 especies de aves, 10 especies de mamíferos, 40 de reptiles y anfibios, decenas de especies de peces y crustáceos, y también cientos si hablamos de especímenes microscópicos.
Pero debido al crecimiento acelerado de la ciudad, específicamente en la zona norte, las descargas de aguas negras se han aumentado y la Jumapam no tuvo donde tirarlas, por lo que se les ocurrió echarlas al Estero del Yugo, esto a petición de residentes de zonas de alto poder adquisitivo en la zona de Cerritos.
En un principio se trató de descargas paulatinas desde hace dos años, las cuales no afectaban en demasía a la laguna, pero poco a poco fueron aumentando y prácticamente ya se descarga en su totalidad todo el colector de aguas negras, aunque se decía que debían ser aguas grises.
Esto ha traído consigo la mortandad de peces de una manera acelerada, camarones, cangrejos, jaibas y demás especie dentro del agua, sumado a que algunos animales anfibios, aves o mamíferos como tortugas, cocodrilos, venados, jabalís, tlacuaches, mapaches, y demás, se están quedando sin comida debido a esta situación.
Es por eso que ambientalistas como el biólogo, Amin Barraza, explicó que la solución inmediata es detener las descargas hacia el estero, pues aunque la Jumapam asegura que aminora el daño con un bioremediador en polvo, este no surte efecto en lo absoluto y la mortandad continúa.
Por lo anterior, es indispensable que se detenga de inmediato esta descarga y se trate el agua de manera correcta, según advirtió el biólogo.
Otra opción, pero está podría ser un arma de doble filo, sería redirigir las aguas negras hacia el mar, pero a la larga tendría consecuencias también como las que se tienen en el Estero del Yugo, sumado al mal olor y aspecto del agua, en una zona importante turísticamente hablando.
Los peces y todas las especies del Estero del Yugo tendrán que ingeniárselas para sobrevivir, o bien, dejar de luchar y sólo esperar su momento de morir.