Sinaloa | 06/28/2022 12:30:00 p. m. | Esthela García
Una serie de compras no reconocidas en línea alertaron a Juan Carlos de que algo no andaba bien con su cuenta bancaria, al acudir a pedir información, se negaron a proporcionarla, y ahora debe pagar 200 pesos por cada compra que quiere que sea investigada.
Lo más grave, es que sospechan de los empleados del banco, pues los delincuentes tienen acceso a su número de cuenta y datos personales.
«Nos estafaron comprando en línea, nos quitaron una lana, a mí como unos 2 mil pesos, ya meto el reporte, pero no me han resultado nada, de eso hace un mes, ahora hay que ir a qué nos den la clave de la tarjeta digital, yo no compre, ellos como que de ahí salió la información del banco y ellos compraron en otro lado, cómo que alguien tenía mi tarjeta, yo preguntaba en qué parte del estado y según no aparece nada, me van a cobrar, yo reporte 8 casos, cualquier cosa que no reconozca nosotros le vamos a cobrar 200 pesos de multa por la investigación», relató.
Por su parte, Lamberto, otro cliente del mismo banco que tienen presencia en una tienda comercial de la villa de Ahome, recibió un mensaje en su celular, en el cual le daban todos sus datos bancarios, desde número de cliente hasta número de tarjeta, dirección y nombre completo, le informaron que su cuenta había sido hackeada y requerían su número de NIP.
«No me gustó porque dice mi nombre completo, su tarjeta de débito se encuentra bloqueada por motivos de seguridad, para desbloquearla anote su número de NIP, no, pues, dije yo, no. Me fui al banco, cambie el número de NIP, la tarjeta y me volvieron hablar, fui con el Gerente ahí y me dijo 'le van a seguir hablando', esto no tiene remedio», relató.
«¿Quiere decir que me puede vaciar mi tarjeta y hacer comprar con ella?, 'Si, ya dieron con ella'», lamentó.
Estos dos casos representan a cientos de usuarios del mismo banco que estuvieron solicitando al Gerente de la sucursal de la Villa de Ahome una explicación, y la respuesta fue la misma «no hay nada que hacer», por lo cual los clientes sospechan que los mismos trabajadores están involucrados.
Algunos derechohabientes han optado por cambiar de banco, otros más decidieron cambiar de tarjetas y hasta número de teléfono; para los que se quedaron, las acciones emprendidas han sido insuficientes, pues se les siguen descontando compras no reconocidas y ahora hasta los están extorsionando con hacer públicos sus datos personales.