México | 12/23/2022 04:14:00 p. m. | Adriana Ochoa
En estas épocas decembrinas es muy común cantar villancicos, saborear unas ricas bebidas calientitas y sobre todo es tradición romper la piñata.
¿Pero te has preguntado el significado de la piñata navideña?
Existen dos versiones sobre su origen: la primera es que los mayas practicaban un juego que consistía en colgar una olla de barro llena de cacao, la cual debían de tratar de romper con los ojos vendados.
La otra se remonta a China, se dice que durante sus viajes, Marco Polo observó cómo rompían la figura de un buey relleno de semillas, para celebrar el año nuevo chino, en Asia.
Así que él llevó la tradición a Italia, la nombraron «pignatta» y la adaptaron para la cuaresma. Rápidamente esta peculiar actividad se adoptó en todo el continente europeo y fue adquiriendo un sentido religioso.
Pero, fueron los españoles quienes se encargaron de traer esa tradición a México, convirtiéndola en una nueva herramienta para la evangelización, pues esta representa la lucha del bien contra el mal.
Es importante destacar, que cada cosa que se utiliza tanto para hacer y romper la piñata tienen un significado que atañe a la religión.
Desde su fabricación, los siete picos simbolizaban los siete pecados capitales: pereza, envidia, gula, ira, lujuria, avaricia y soberbia.
Los colores del papel con que se adorna también representan las vanidades del mundo y las tentaciones.
El romper la piñata con un palo significa vencer el mal, la falsedad e incluso el engaño; hacerlo con los ojos vendados ejemplifica la fe ciega en Dios, al final la recompensa de vencer al pecado se ve representada por los dulces y frutos que recibimos.
Los siete picos de la piñata, significan los siete pecados capitales.
La pereza es el desafecto, la dejadez, por las cosas que se deben hacer. Esa falta de voluntad y esfuerzo acaba con la incapacidad del alma de llevar las riendas. Es un abandono físico y espiritual.
La envidia es el malestar o dolor ante la alegría del otro, es decir, la sensación de pesar por no ser uno quien tenga o reciba algo que a otro corresponde, y por lo cual siente un deseo rencoroso. Es un sentimiento similar al de los celos.
Es un vicio del deseo desordenado por el placer conectado con la comida o con la bebida, el glotón continúa ingiriendo alimentos sin sentir hambre.
Ese sentimiento de indignación, venganza o furia es ira. Pueden ser tan fuertes las emociones desatadas, que uno puede llegar a ir en contra del amor de Dios y del prójimo. El cuánto de ira hay en un acto, determinará si el pecado es venial o mortal o incluso si es simplemente un enojo intenso.
La lujuria es otro de los pecados capitales más populares. Es el deseo excesivo por el placer sexual. Esa satisfacción carnal se aleja del propósito divino, el del amor entre cónyuges entregados a la procreación.
A la avaricia se le considera pecado capital porque a través de la ganancia o tenencia se cometen muchos otros pecados. Se teme que a menudo se esconda como una virtud o se insinúe bajo el pretexto de ahorrar para el futuro.
A veces llamado vanidad, orgullo o arrogancia, se considera el pecado fundamental y la madre de todos los vicios.