México | 04/21/2023 10:28:00 a. m. | Luz Noticias
En los últimos días, llama la atención los casos sobre las brutales técnicas de tortura que utilizan los cárteles de la droga en Sinaloa para obtener información, mantener a raya a sus enemigos o castigar a quienes «calientan» la zona. La tabla y el soplete, infalibles herramientas para sus prácticas.
Los grupos de sicarios, gente armada que conforman comandos bajo el mando de organizaciones delictivas que operan en la entidad, utilizan tácticas de tortura extremadamente violentas, incluyendo el uso de una tabla o un soplete, para infundir miedo y dolor en sus víctimas.
La técnica de tablear, consiste en someter a la víctima, bajarle los pantalones y golpearla repetidamente en los glúteos (tabla con molde para manos y extremo semicuadrado), mientras se le interroga.
Esta técnica causa daño físico severo, fracturas y lesiones internas, y es utilizada para forzar a las víctimas a confesar información o castigar un encargo mal hecho, también para los que actúan en contra del cartel o calientan la zona de operación del mismo.
Caso reciente, en la comunidad de Mochicahui, El Fuerte, en donde gatilleros «tablearon» a un grupo de jóvenes que amenazaban con machetes a personas en una fiesta. Los torturaron y humillaron (hicieron que se besaran entre ellos), para advertirles de no hacer esas prácticas en su territorio.
Técnica usada también por pistoleros o justicieros en contra de individuos o miembros del cartel que no cumplieron con alguna encomienda o cometieron alguna falta grave y no respetaron los códigos establecidos por la organización criminal.
El uso del soplete es igualmente atroz. Se usa para quemar a las víctimas en áreas sensibles como la planta de los pies, las manos o el torso.
Esta técnica causa un dolor extremo y en algunos casos, puede llegar a causar la muerte.
Este castigo, de justicieros fuera de la ley, se aplica a integrantes del mismo cartel que no cumplieron encomiendas, a sujetos acusados de violadores, a ladrones, los conocidos como «mangueras», los que cambian de bandos y a los que les piden de encargo.