Sinaloa | 08/15/2023 05:53:00 a. m. | Israel Castro
Si eres una persona a la que le entusiasma y le interesa la jardinería esto podría interesarte, pues el Jardín Botánico de Culiacán está ofreciendo un nuevo taller de jardinería para el público en general.
Más específicamente, este taller en particular se va a especializar en «el arte del bonsái», una planta proveniente de Asia que ha ganado mucha popularidad en México y que se caracteriza por los cuidados que se le necesita dar.
El curso es a día único y se llevará a cabo el próximo sábado 19 de agosto, dentro de las instalaciones del propio Jardín Botánico. El taller tendrá una duración de 2 horas, pues empezará a las 10 de la mañana y terminará a las 12 del mediodía.
El taller tiene un costo de 250 pesos par cualquier persona, pues todo lo recabado será destinado al mantenimiento y conservación de Jardín Botánico Culiacán. Para adquirir tu boleto de forma digital puedes hacerlo haciendo clic aquí.
El Jardín Botánico de Culiacán es conocido por ser uno de los principales pulmones del municipio al tener una amplia reserva de árboles y áreas verdes en el casco urbano de la ciudad.
Reconocido en todo el mundo por la fauna que habita en el lugar, la ciudadanía puede visitarlo y hacer un recorrido guiado por sus 10 hectáreas para conocer a detalle de dónde provienen las plantas, su historia y aportación científica.
El área está dividida en diferentes zonas: plantas acuáticas, silvestres, endémicas, bonsái, bambúes, tiene un área de biblioteca, y su más reciente atractivo «Encounter» un observatorio que te mostrará cómo se lleva lo surrealista con la naturaleza y el ojo humano a través del cielo.
El arte del bonsái se originó en China hace unos dos mil años, en donde se conoce como Penjing, como objeto de culto para los monjes taoístas. Para ellos era símbolo de eternidad, el árbol representaba un puente entre lo divino y lo humano, el cielo y la tierra.
Durante siglos la posesión y el cuidado de los bonsáis estuvo ligado a los nobles y a las personas de la alta sociedad. Según la tradición, aquellos que podían conservar un árbol en maceta tenían asegurada la eternidad. Así fue como los monjes disponían los árboles pequeños en vasijas a lo largo de las escaleras de los templos y hasta eran fuente de culto.